El ser humano a lo largo de su vida experimenta diferentes tipos de carencias, algunas vitales para seguir adelante y subsistir, por ello no se pueden ignorar, ni aplazar, mientras que otras son prescindibles totalmente.
La RAE además de bot, poliamor, pifostio, sindiós, cobra… define la necesidad como un impulso irresistible que hace que las causas obren infaliblemente en un sentido; o como una carencia de las cosas necesarias para conservar la vida. De ello deducimos la necesidad mayor (cagar), menor (mear), y la primera necesidad (de la que no se puede prescindir). En cuanto al deseo le define como un movimiento afectivo hacia algo que se apetece.
El ser humano busca siempre algún tipo
de satisfacción, y una necesidad o un deseo responden a esa búsqueda de
gratificación. A veces estos dos conceptos se utilizan como sinónimos, pero mientras la necesidad se refiere a cosas vitales, el deseo es un
anhelo que tenemos cuando deseamos saciar un gusto.
La necesidad es lo indispensable para la vida, y no cubrir una necesidad o carencia acarrea problemas, incluso la muerte, pues son la expresión de lo que un ser vivo requiere de forma vital para su conservación y desarrollo.
Una
necesidad no se crea, existe y es una sensación generada por el propio
organismo a nivel psicofisiológico.
Las
necesidades varían en función de la etapa de la vida en la que estemos (el niño piensa
que no puede vivir sin un juguete, y el adulto sin un coche). Pueden ser ilimitadas,
crearse de manera constante, eliminarse y reaparecer.
Debemos identificar nuestros deseos y necesidades (un coche puede
ser un deseo para uno y una necesidad para otro).
Las hay de tipo fisiológico u objetivo (respirar), psicológico o subjetivo (aceptación), afectivas (amor), libres (fáciles de encontrar y disponibles para todos como el sol o el aire) o materiales (conllevan un esfuerzo como construir).
El deseo es lo que sentimos cuando anhelamos algo, para saciar un gusto
que conmueve nuestros sentidos. Una emoción
genera un sentimiento y este un deseo. El deseo nace
de un recuerdo o una proyección que se disfrutó.
La mayoría de expertos, al definir
deseo, coinciden en la naturaleza caprichosa y a veces excesiva que rodea
a la mayoría de ellos, y todos están de acuerdo en que un deseo nunca
representa una necesidad básica.
Hay diferentes
tipos, por un lado, deseos materiales, afectivos, o incluso deseos asociados
a gustos que una persona quiere darse, como comer un plato exótico.
Steven Reiss encontró 16 tipos de deseos
que motivan y explican el comportamiento humano: Aceptación. Curiosidad.
Alimento. Familia. Honor. Idealismo. Independencia. Orden. Actividad física.
Poder. Amor romántico. Ahorro. Contacto social. Estatus. Tranquilidad.
Venganza.
Que una persona
tenga mucha sed y necesite beber agua, implica una necesidad, pero si tiene antojo
de tomar un helado, lo que siente es más bien un deseo. Es importante encontrar el equilibrio entre los deseos
y las necesidades, porque si bien las necesidades siempre tienen prioridad, y las no satisfechas influyen en el comportamiento personal, la satisfacción de algunos deseos ayuda a sentirnos
mejor, pues están ligados a la frustración,
insatisfacción, plenitud y felicidad.
El deseo se crea, fomenta y moldea con el marketing, por ello tendremos cuidado con la mercadotecnia.
Para Henry
Murray, la
necesidad representa una fuerza movilizadora que conduce a cambiar una
situación insatisfactoria, que puede ser provocada por un estado interno como
el hambre.
Para Abraham
Maslow, la necesidad es una
fuerza motivadora generada por un estado de carencia. Estableció su jerarquía y
defendió que cuando se satisfacen las básicas, el hombre desarrolla necesidades
y deseos más elevados.
La
pirámide de Maslow está compuesta de cinco niveles, y las necesidades básicas o
primarias se ubican en la base. Requieren para su satisfacción un ciclo motivador relativamente corto, en contraposición con las
necesidades superiores que requieren de un ciclo más largo. Luego sitúa las
secundarias y necesarias para una mejor calidad de vida, y por último las
terciarias que incluyen el reconocimiento social del individuo, o la pertenencia
a un grupo de amigos.
La
pirámide distingue entre necesidades deficitarias que hacen referencia a una
carencia (fisiológicas, de seguridad, de afiliación, de reconocimiento), y de
desarrollo del ser que hacen referencia al quehacer del individuo (autorrealización).
Los
cinco niveles o categorías de necesidad son:
- Fisiológicas. Incluye las necesidades de orden biológico y vitales para la supervivencia.
- De
seguridad. Su merma se refleja en una baja autoestima e ideas de
inferioridad.
- De afiliación. Se dan al establecer vínculos con el entorno social (deseos de casarse, de tener familia, de ser parte de una comunidad, de asistir a un club social).
- De reconocimiento o de necesidad de estima. Tiene que ver con el modo en el que nos valoramos y nos valoran los demás. Su merma hace sentirse infravalorado.
- De autorrealización, motivación de crecimiento, o necesidad de ser. Está en el nivel más alto, junto al desarrollo espiritual, moral… Es el más difícil de definir, porque son objetivos muy abstractos que se consiguen en periodos largos, y además cada individuo tiene necesidades de autorrealización diferentes.
Las necesidades primarias. Son las necesidades básicas que nacen con la persona, el resto de necesidades surgen con el tiempo. Provocan
impulsos involuntarios de origen
psicofisiológico, creados por la ausencia de algo esencial para la vida, y por
tanto deben ser atendidas con prontitud
para mantener la homeostasis del organismo, y son: Respirar. Comer. Hidratarse.
Descansar. Aseo (higiene). Abrigarse. Vivienda (desde el punto de vista psicológico se incluye por
la tranquilidad que otorga al individuo, aunque no es básica). Eliminar desechos
corporales. Sexo (el acto de
reproducción es una de necesidad primaria y básica de la especie
humana). Evitar el dolor.
Las necesidades secundarias. A medida que las primarias son satisfechas,
surgen otras relacionadas con
el desarrollo personal. Varían
de una cultura a otra, entre individuos y también de una época
a otra.
Aumentan el
estado de bienestar psicofisiológico del individuo, y son: Seguridad
(personal y familiar). Salud (estado completo
de bienestar físico, mental y social). Comunicación (el hombre es
un ser social por naturaleza). Recreación (con el tiempo, se ha convertido en parte de la cotidianidad). Afecto
(el hombre es un ente basado en emociones y sentimientos). Reconocimiento (propio,
social, académico y laboral forman parte
del desarrollo integral del individuo como logro personal hacia
la autorrealización).
Las necesidades
terciarias. Son las basadas en
los aspectos sociales, de convivencia y reconocimiento social. Surgen cuando se han cumplido las primarias y secundarias, y son:
- Necesidad de formar parte de un grupo de amigos, conocer gente afín con quien compartir aficiones y momentos de ocio.
- Recibir el cariño y el afecto de la familia y los seres queridos.
- Ser una persona respetada socialmente, y vivir en una sociedad justa donde prime ese sentimiento y seguridad.
- Establecer relaciones de pareja para vivir en común y compartir intereses.
- Generar buenas relaciones en el trabajo donde se premie la buena consecución de objetivos y la labor realizada.
- Poder ser responsable de las acciones generadas por uno mismo, y participar en actividades solidarias y humanitarias.