Desde el momento que el hombre se agrupa
en una comunidad, siente la necesidad de elegir algún signo que le distinga de las demás. Esta señal de distinción del grupo o tribu tiene su expresión
con las pinturas y adornos en las cuevas, en el cuerpo y las vestimentas, que a
través de la arqueología ha llegado hasta nosotros.
Los símbolos nacionales son los elementos
que representan a los estados, naciones y países. Los símbolos del estado español
son un conjunto de distintivos de carácter oficial que representan la soberanía
de la nación española. Estos símbolos son la Bandera, el Escudo y el Himno, y representan
los poderes constitucionales del Estado. El ordenamiento jurídico vigente les reconoce
como patrimonio de todos los españoles, establece su carácter oficial y regula su
utilización, honores y protección.
La bandera está formada por tres franjas
horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla el doble de ancha que la
roja (art. 4.1. Constitución del 29/12/1978, sin escudo). El escudo está regulado
por la ley 33/1981 de 5 de oct. del Escudo de España, y el himno por la Marcha Granadera
o Marcha Real Española, por RD 1560/1977 de 10 de oct.
Bandera.
La
vexilología es una disciplina auxiliar de la historia y parte de la semiótica, que
viene del latín “vexillum” (vela, bandera) y del griego “gnosi” (conocimiento).
La palabra bandera, procede de band (germano), que derivó en banda al usar los pueblos
trozos de tela (lazos) para distinguirse en las batallas, sirviendo además para
demostrar el orgullo de pertenecer al grupo que la bandera representaba, así como
hoy representa a una empresa colectiva que llamamos patria. La palabra patriota fue creada por los defensores
de Fernando VII, en la guerra de la independencia, que podían tener ideología liberal
y defender un sistema constitucional (Cádiz 1812), o absolutista (servil) y rechazar
la influencia francesa.
Nuestra bandera es una de las más antiguas
del mundo, con la particularidad de haber sido diseñada por concurso público.
En el antiguo Egipto ya se usaban y aparecen
representadas en las vasijas.
La Biblia cita que cada una de las doce
tribus de Israel llevaba su propio estandarte.
En Hispania se usaban símbolos con una asta,
con la figura de un animal en su parte superior, adornado con plumas o cintas, pero
es en la Edad Media cuando su uso se generaliza por reyes, nobles, iglesias, órdenes
militares, villas, ciudades…
El reino de Aragón se extiende por sucesivos
reinados hasta la unión dinástica entre Aragón y Barcelona en 1164, con la bandera
con cuatro barras rojas, sobre campo amarillo.
Cuando el 16/7/1212 el ejército almohade
es vencido en las Navas de Tolosa por la alianza cristiana entre Alfonso VIII de
Castilla, Pedro II de Aragón, Alfonso II de Portugal y Sancho VII de Navarra, este
a las cadenas añadió, en el centro del escudo, la esmeralda verde arrebatada al
califa que la portaba.
El 12/10/1492 Colón desembarcó en el
Nuevo Mundo, portando la bandera de los Reyes Católicos, y
sus capitanes una bandera con una cruz verde, enseña capitana del almirante de
Castilla. Aunque la primera bandera que representó a España llegó en 1496 con
el matrimonio de Felipe I de Castilla, duque de Borgoña y Juana I
de Castilla.
En 1519 Carlos I de España y V de Alemania,
usa la bandera imperial amarilla con un águila bicéfala y el escudo de emperador.
Felipe V en 1700, instauró la bandera de
la casa de Borbón, con la Cruz de Borgoña en el centro, sobre fondo blanco. Como
las banderas de otros reinos gobernados por dicha dinastía (Parma, Nápoles, Francia,
Toscana, Sicilia, o Gran Bretaña), tenían el color blanco de fondo, surgían complicaciones
a la hora de saber el origen de los barcos, y máxime en las batallas. Para solucionarlo,
Carlos III encargó a su ministro de marina, A. Valdés y Bazán, crear una bandera
para uso naval. Organizó un concurso y eligió doce bocetos que presentó al rey,
quien eligió dos por RD de 28/5/1785, a los que vario las dimensiones de las franjas
(amarillo y rojo por ser llamativas) declarando reglamentario el primero para la
Marina de Guerra (antecedente de la bandera de hoy) y el segundo para la Mercante.
El 8/3/1793 se extiende el uso de la rojigualda a las plazas marítimas, castillos
y defensas costeras. Luego Carlos IV implantó dicha bandera en el Ejército
de Tierra, y cuando él y su hijo, Fernando VII se vieron obligados a abdicar en favor
de Napoleón, el fervor patriótico del pueblo que surgió en las batallas contra los
franceses, hizo suya la bandera, y tal fue el incremento de su popularidad, que
la casa de Borbón, con Isabel II, a partir de la Real Orden Unificadora, la declaró
Bandera Nacional Española en el RD de 13/10/1843, firmado por el entonces Presidente Joaquín María López y el ministro de la Guerra Serrano. Al año siguiente se estableció
que izara en todos los cuarteles y establecimientos militares con ocasión de solemnidades.
En la II República (1931-36) el 27/4/1931
se promulgó un decreto, que en homenaje a los comuneros de Castilla (aunque el pendón
de Castilla era rojo carmesí) que se enfrentaron a Carlos I, la franja roja inferior
pasó a ser morada y se igualan en anchura. Al finalizar la guerra civil en 1939, la bandera retomó los colores originales.
En las tres guerras carlistas del XIX, los
liberales o isabelinos fueron adoptando la roja y gualda, mientras que los carlistas
partidarios de la violencia tradicional usaron la cruz de San Andrés, junto a otras
con símbolos religiosos y la inscripción “Dios Patria y Rey”.
Al estallar el alzamiento el 18/7/1936,
entre las tropas sublevadas proliferaban diferentes banderas, pero el presidente
de la Junta de Defensa Nacional, general Cabanellas, firmó un Decreto, el 29/8/1936,
y se recuperó la bandera tradicional. En febrero de 1938, se dispuso que el escudo
central fuera el de los RR.CC. colocado sobre el pecho de un águila negra y timbrado
con una corona real abierta. Años más tarde, el Decreto, de 11/11/1945, aprobó el
Nuevo Reglamento de Insignias, Banderas y Distintivos que reguló su uso y forma,
detallando las características de la bandera en sus tres modalidades.
En 1975, con J. Carlos I y la restauración
de la Casa de Borbón, con el R.D. 1511/1977, de 21 de enero, se aprueba el Reglamento
de Banderas, que difiere del anterior en que el águila del escudo tenía las alas
más abiertas y las columnas de Hércules vuelven a colocarse dentro de las alas y
la cinta con el lema “Una, grande, libre” se desplaza del cuello a la cabeza del águila.
La Ley 39/1981, de 28 de octubre, establece
que “La
bandera de España simboliza la nación; es signo de la soberanía, independencia,
unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados
en la Constitución”. Dictamina que se usará con el nuevo escudo y debe utilizarse
en todos los edificios públicos y actos oficiales, según ha interpretado el Tribunal
Supremo en una sólida jurisprudencia recogida en Sentencias como las de 24/7/2007,
25/11/2008 y 2/12/2008.
Por encima de ideologías o partidismos la
bandera nos representa a todos. Simboliza nuestra historia, derechos y libertades.
Escudo. Es el resultado
de un largo proceso que comienza con la Reconquista, y concluye con la Constitución
de 1978.
Gabriel de Avilés y del Fierro (1735-1810),
en su “Ciencia
heroyca”
dice que fue Brigo I, el primer rey que usó su insignia con un castillo (1896 a.C.).
El rey suevo Hermerico (409-438) tenía por insignia un dragón verde. Ataúlfo (410-415)
tenía un escudo cuartelado con una corona, tres fajas de sable, un león de plata
y otro de oro rojo.
Su proceso se inicia en la Hispania Romana,
pues desde entonces se consideran unidos los pueblos peninsulares, con suma importancia
a los visigodos, como fuente iconográfica para los reyes de la Reconquista y de
los fugaces "Imperator
Hispaniae". Cuando los astures comienzan con Pelayo la reconquista, también
inician los reinos cristianos, con sus símbolos, siendo el del
reino de Asturias la cruz de la victoria, el de Galicia un cáliz, y el de León un
león rojo sobre paño blanco.
En la formación del escudo Menéndez-Pidal
señala dos hechos trascendentales:
- Uno
cuando Fernando III recibe en 1230 la Corona de León y crea el emblema de unión de los
reinos de Castilla y de León, respetado hasta la Revolución de 1868, en que el Gobierno
Provisional le dotó de un emblema, con un símbolo propio del Estado, diferente al
de los monarcas, y que perduraría hasta hoy.
- Otro
en 1475 con la Concordia de Segovia donde quedan acordados los títulos y la heráldica
que pertenecieron por igual a ambos esposos Isabel y Fernando. El conjunto es sostenido
por el águila de San Juan (homenaje a Isabel, que ya lo utilizaba de princesa en
1473) como soporte, nimbado y pasmado.
Fernando tuvo como emblema un yugo, con una
cuerda suelta, en referencia al nudo gordiano, que A. Magno cortó con su
espada y dijo: “Tanto monta cortar como desatar”, frase que tomó abreviada en el
mote heráldico. Isabel tomó como emblema el haz de flechas. Cada una de estas divisas
homenajeaba con su inicial al consorte: “F” de Fernando en las flechas de Isabel, e
“Y” de Ysabel (grafía de la época) en el yugo de Fernando.
En 1065, con Sancho II, el condado de Castilla
se convierte en reino, con un castillo de oro sobre campo de gules de bandera.
En 1516 la casa de Habsburgo, con Carlos
I, incorpora las columnas de Hércules con la leyenda “Plus Ultra” y el águila bicéfala
del Sacro Imperio Romano Germánico.
En 1759 Carlos III opta por un león rampante
a la derecha, un castillo dorado a la izquierda y una corona en la parte
superior además cambió el collar de la Orden del Espíritu Santo, por el de la
Orden de Carlos III. Con el tiempo, la representación heráldica pasó de tener
una significación personal, a adquirir una significación territorial, y desde
la guerra de la Independencia, se comenzó la progresiva identificación de las
armas de los reyes con la del conjunto de la Nación.
En 1868 los generales Serrano (liberal)
y Prim (progresista) obligan a Isabel I a exiliarse, y sustituyen la corona real,
figurando en sus cuarteles los reinos de Castilla, León, Navarra, Aragón y Granada.
En 1871 Amadeo de Saboya retoma el escudo
de Isabel II, sustituyendo las flores de lis.
En 1873 se proclama la I República, desapareciendo
todos los símbolos monárquicos de los escudos y banderas volviendo al usado en 1868, y cambiando la corona del escudo por un castillo. Al
proclamarse la II República (1931), se recupera el escudo del gobierno provisional
de 1868. Así, conviven diferentes heráldicas hasta que Alfonso XIII por Real Orden,
de 3/7/1922, ordenó consultar a la Real Academia de la Historia, que por informe
de 9/1/1923, recomendó adoptar preferentemente como “blasón nacional” el creado en 1868,
al que se añadirían la Corona Real, y el escusón de la Casa de Borbón.
Juan Carlos I, por
R.D. de 21/1/1977 aprueba el Reglamento de Banderas por el que varía el Escudo
Nacional y aparece en la portada de la Constitución de 1978. El 19/10/1981 por R.D.,
se publica en el BOE núm. 250, con Leopoldo Calvo-Sotelo de presidente,
con los colores rojo y amarillo (gualda) siendo esta, el doble de ancha. El lema
latino, “Plus
Ultra”,
en ambas columnas de Hércules, símbolo de Gibraltar (colonia británica desde 1713).
Dichas columnas encuadran el blasón dividido entre los reinos de Castilla (castillo),
León (león), Aragón (cuatro bandas verticales rojas con fondo amarillo) y Navarra
(cadenas de oro). La fruta epónima representa al reino de Granada, y las tres flores
de lis dorado del centro, sobre fondo azul, a la casa de Borbón.
Actualmente la disposición que regula el
uso del escudo es la Ley 33/1981, de 5 de oct., del Escudo de España, desarrollada
en su expresión gráfica por el R.D. 2964/1981, de 18 de dic., por el que se hace
público el modelo oficial del escudo de España, así como el R.D. 2267/1982, de 3
de septiembre, por el que se especifican sus colores.
Los elementos del escudo, definidos por
la Ley 33/1981, de 19 de octubre, son:
- Cuartelado y entado en punta. El
primer cuartel representa el Reino de Castilla. El segundo al Reino de León. El
tercero la Corona de Aragón. El cuarto el Reino de Navarra.
- En el timbre está
la corona real de la monarquía española. El escusón representa la casa de Borbón.
- Las columnas de
Hércules simbolizan el descubrimiento de América, en la dcha. figura “Plus” y en la izq. “Ultra”.
Himno. El himno tiene su
origen militar en la Marcha Granadera, cuya primera mención documental data de 1749,
durante el reinado de Fernando VI, siendo su primer manuscrito, encargado al maestro
Manuel de Espinosa, en 1761.
Su función era de toque militar para llamar
a las armas, armonizar la marcha de la tropa y acompañar la rendición de honores
militares. Pronto se identificó por el pueblo español como un símbolo de soberanía
nacional.
En 1768 Carlos III promulgó las Ordenanzas
Generales de Infantería donde aparece ya como toque militar.
Durante el Trienio Liberal (1820-23), el
Himno de Riego fue nombrado himno oficial de la monarquía española por decreto de Fernando VII el 7/4/1822.
En 1870 el general Prim convocó un concurso
nacional para crear un himno, pero se declaró desierto, y aconsejó que se mantuviera
como himno, la Marcha Granadera pasando a denominarse Marcha Real.
La Real Orden Circular de 27/8/1908 dispone
que las bandas militares ejecuten la Marcha Real Española y la Llamada de Infantes,
ordenadas por el músico mayor del Real Cuerpo de Guardias Alabarderos, maestro B. Pérez Casas.
A pesar de la creencia popular, el Himno
de Riego nunca fue oficialmente el himno de la Segunda República española, aunque
sustituyo a la Marcha Real. La Constitución
Republicana de 1931, definió la bandera y el escudo, pero no el himno. Sin embargo,
una Orden Circular del Ministerio de la Guerra, de 30 de abril, rectificaba: “...hasta tanto se
redacte un Reglamento de los Honores que por las Fuerzas del Ejército habrán de
tributarse (...). Hasta entonces también las bandas de música militares tocarán
el Himno de Riego cuando el honor que se tribute tuviere asignada la Marcha Real
en las antiguas disposiciones”. En una Orden Circular del Ministerio de
la Guerra, de 25/6/1931, se disponían los honores que en lo sucesivo tenían que
tributarse a las autoridades y mandos existentes entonces. En ella solo se empleaba
la expresión himno nacional, sin aclarar cuál era este.
Durante la guerra civil se restableció la Marcha
Granadera como himno nacional, por Decreto del 27/2/1937, pero fue necesaria la
publicación en el BOE de otro decreto fechado el 17/7/1942 para que se le diese
cumplimiento.
Tras la aprobación de la Constitución de
1978, y desde la Presidencia del Gobierno se promovió la creación de un grupo de
trabajo integrado por miembros de la Sección de Música de la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando y representantes de diversos ministerios, se encargó al maestro Francisco Grau, coronel director de la Unidad de Música de la Guardia Real,
que hiciera una nueva adaptación del himno. Finalmente, tras el informe favorable
de la Real Academia, se aprobó una versión de la Marcha Granadera, que, respetando
la armonización del maestro Pérez Casas, recupera la composición y tonos de su época
de origen.
En 1997 el Estado adquiere los derechos
de explotación del himno, que pertenecían a los herederos del maestro Pérez Casas,
mediante el R.D. 1543/1997, de 3 de octubre. En la actualidad, el himno nacional,
está regulado por el R.D. 1560/1997, de 10 de octubre, en el que se describen los
compases musicales, se establecen las dos versiones del mismo, la completa y la
breve, y cuándo debe utilizarse cada una.
El maestro Grau ha cedido al Estado español
todos los derechos de explotación sobre su obra, según recoge el R.D. 2027/1998,
de 18 de septiembre.
El himno español es uno de los tres del
mundo que no tiene letra y es el tercero más antiguo tras los de Holanda y Reino
Unido.