sábado, 17 de junio de 2023

LA LUNA

 La Luna es el único satélite natural de la Tierra, el segundo objeto más brillante después del Sol, el quinto satélite, en tamaño, del sistema solar, el más grande respecto a su planeta, pero su suelo de estructura sólida y rocosa es muy oscuro.

Su tamaño es 49 veces menor que la Tierra, su peso 81 veces menor, y su diámetro de 3746 km, ¼ parte del terrestre, pero ejerce una influencia vital en los ciclos terrestres, y modera y compensa la rotación terrestre sobre su eje, lo que estabiliza el clima, y causa las mareas.

Su punto más elevado es el Selenean con 10.786 m. Su temperatura máxima es de 127ºC, y la mínima de -200ºC. La gravedad en la Luna es de 1,62 m/s, que sería la velocidad a la que un objeto en caída libre se precipitaría contra su superficie. En la Tierra, lo haría a 9,8 m/s, lo que significa que en la Luna se pesa 6 veces menos.

Dista de la Tierra unos 384.400 km, pues su órbita es elíptica y en el perigeo (menor distancia entre la Luna y la Tierra) dista 363.100 km, y en el apogeo (mayor distancia) 405.700 km. El 25/11/2034 se dará una superluna, al encontrarse la Luna a 356.445 km de la Tierra (la distancia más corta desde 1948).

Su atmósfera es muy débil, tenue y delgada (por la poca gravedad para retener gases), por lo que no tiene protección contra meteoritos y asteroides. Tiene actividad sísmica y volcánica, y presenta restos de hielo de agua, polvo y rocas. El primer hombre en pisarla fue el norteamericano Armstrong el 20/7/1969 (el viaje se inició cuatro días antes), con el Apolo XI, en el que se trasladó junto a los pilotos Collins y Aldrin.

La Luna, al igual que la tierra, realiza dos movimientos:

  • Rotación sobre su eje. La Tierra gira en 24 horas y la Luna (mes sidéreo) en 27 días, 7 horas, 43 minutos y 11 segundos, por ello siempre vemos la misma cara, fenómeno conocido como rotación sincrónica.
  • Traslación. En el que la Luna gira alrededor de la Tierra, a unos 12 grados diarios, por lo que cambia el grado de exposición solar. Lo hace a una velocidad constante de 1 km/s (la tierra lo hace a 29,8 km/s), o lo que es igual a 3600 km/h. lo que hace que tarde 29 días, 12 horas, 44 minutos y 12 segundos en completar una órbita a la Tierra, clave para las fases lunares.

Conforme la Luna se va moviendo en torno a la Tierra sus áreas iluminadas, por la luz del Sol, van cambiando, a estos cambios de iluminación se les conoce como fases, y duran unos 3,5 días cada una. Cada mes atraviesa ocho fases, que forman un ciclo lunar y se repite cada mes. Estas son: luna nueva, luna creciente, cuarto creciente, luna gibosa creciente, luna llena, luna gibosa menguante, cuarto menguante y luna menguante.

El que la Luna y la Tierra ajusten sus movimientos de manera tan sincronizada, se debe a la fuerza de gravedad, en el mecanismo conocido como acoplamiento de marea.

Su apariencia varía de 0 % de iluminación durante la Luna nueva hasta el 100 % en la Luna llena. Esto significa que todas las partes de la Luna tienen 14,77 días con luz y otros 14,77 de oscuridad.



Luna nueva, novilunio, o interlunio. Marca la primera fase lunar, y es cuando la Luna está entre la Tierra y el Sol, lo que significa que la mitad lunar que vemos no está iluminada y se vuelve casi invisible (su visibilidad va de 0 a 2 %). En esta fase sólo podemos ver la Luna durante un eclipse solar. En esta fase las mareas se encuentran en sus puntos más altos y bajos. Si en esta fase se da un alineamiento Luna-Tierra-Sol, se producirá un eclipse lunar o solar, aunque no siempre que se genere una Luna nueva existirá un eclipse.

Luna creciente. La Luna continúa su órbita y empieza a mostrarse, por su lado derecho, tras 3 o 4 días después de la Luna nueva, aumentando su porción iluminada que va de un 3 a un 40 %. Esta fase se ve muy bien tras la puesta del Sol.

Cuarto creciente. Esta fase se caracteriza porque se visualiza de un 35 a un 65 % del lado derecho del disco lunar, pudiendo verse después del mediodía hasta la medianoche.

Gibosa creciente. En esta fase, se ve más de la mitad de la superficie lunar iluminada, entre un 66 y un 96 %. Se ve una curva, cada vez más convexa (gibosa = joroba). Se ve antes del amanecer, y su altura máxima la alcanza al anochecer.

Luna llena o plenilunio. En esta el disco lunar está completamente iluminado, y su porcentaje de visibilidad va del 97 al 100 %. En este momento, la Tierra, la Luna y el Sol están alineados casi por completo, al igual que en la fase de Luna nueva, con la diferencia de que la Luna está justo detrás de la Tierra respecto al Sol. Es en esta fase cuando podemos ver eclipses lunares. Se ve desde la puesta del sol hasta el amanecer, y a la medianoche alcanza su máxima altura. Durante este ciclo y el de Luna nueva, se puede generar una superluna, por ello los astrónomos la llaman Luna llena en perigeo.

Algunas lunas llenas poco habituales son:

  • Luna roja o de sangre. Se da con Luna nueva, durante los eclipses lunares totales. Ocurre cuando la Tierra se pone entre la Luna y el Sol. Las moléculas de aire de la atmósfera reparten la mayor parte de la luz de color azul. La luz restante se refleja en la superficie lunar y adquiere un color rojizo que hace que parezca que "sangra" por la noche. Se suele ver en otoño cuando las hojas de los árboles también se enrojecen.
  • Luna azul. No es azul, ni tiene un aspecto distinto de otras, sino que es especial porque se trata de una Luna extra. La luna azul se usa para denominar la segunda Luna llena que se produce en un mismo mes, cada dos años y medio. La Luna azul es el opuesto a la Luna negra, ya que es la presencia de dos fases de Luna llena en un mismo mes, y originalmente, al tercer plenilunio cuando en una estación del año se dan cuatro lunas llenas en lugar de tres. El hecho de que sea posible que haya dos fases de Luna llena en el mismo mes se debe a que el ciclo lunar se cumple cada 29,5 días, y si la Luna llena se da el primer día o el segundo de un mes, cabe la posibilidad de que aparezca una segunda a final del mes.
  • Luna negra o astronómica. Este término puede referirse a tres ideas o conceptos:
    • Se relaciona a la presencia de dos fases de Luna nueva dentro de un mismo mes.
    • A la ausencia de una fase de Luna llena en un mismo periodo.
    • A la alineación exacta de 180º entre la Tierra, la Luna y el Sol durante la fase de Luna nueva, existiendo una ausencia total de la visibilidad de su superficie.

Gibosa menguante. Tras su máxima visibilidad, continua su órbita, y su iluminación comienza a decrecer, enseñando cada vez menos zona iluminada. Su observación va desde un 96 al 66 % de la superficie. La apariencia de la luz y la sombra lucen de forma opuesta a las fases crecientes. Sale después de la puesta del sol y se ve más alta a medianoche

Cuarto menguante. A medida que se acerca la próxima Luna nueva, queda reducida a menos de la mitad iluminada. Es la fase opuesta al cuarto creciente, pues a pesar de lucir similar debido al porcentaje de visualización, entre un 65 y un 35 %, se observa media Luna (parte izquierda), y su lado iluminado es el opuesto al cuarto creciente. Se puede visualizar durante la medianoche hasta el amanecer.

Luna menguante; creciente menguante o Luna vieja. La Luna continua su órbita camino de su posición inicial del ciclo y alcanza la luminosidad entre un 40 y un 3 %. Esta fase corresponde a la fase final del ciclo lunar, en el que se observan los últimos días de visualización del astro lunar, un delgado segmento en el firmamento, en el lado izquierdo. Sale después de la media noche, por lo que es más notoria al final de la madrugada y durante la mañana. Al finalizar se completa el periodo, y comienza la Luna nueva para completar el ciclo. Al intervalo de 29,5 días terrestres que transcurren entre una Luna nueva y otra se llama mes sinódico.

Para reconocer la fase lunar en la que estamos, hemos de saber que el periodo de fases crecientes empieza con la Luna nueva visible, o sea 2 a 3 días después del comienzo del novilunio y acaba un día antes de la Luna llena. Por su parte, el período de fases menguantes empieza un día después de la Luna llena y termina un día antes de la Luna nueva.

Los períodos de Luna creciente y menguante tienen el mismo porcentaje de iluminación, al igual que el cuarto creciente y el menguante. En el hemisferio norte, si la parte de la circunferencia iluminada de la Luna, sus cuernos, apuntan hacia la izquierda, el ciclo es creciente en cualquiera de sus fases. Por el contrario, si los cuernos de la circunferencia iluminada apuntan a la derecha, el ciclo es menguante en cualquiera de sus fases.

Un eclipse se produce cuando un planeta o luna se interpone en el camino de la luz del Sol. En la Tierra vemos:

  • Eclipse solar cuando la Luna se interpone en el camino de la luz del Sol y proyecta su sombra en la Tierra. El eclipse total se produce cada año y medio en algún lugar de la Tierra. Un eclipse parcial, cuando la Luna no recubre por completo al Sol, se produce al menos dos veces por año, en algún lugar de la Tierra. Se puede ver un eclipse solar desde un mismo lugar de la Tierra sólo durante unos minutos, cada 375 años.
  • Eclipse Lunar, la Tierra impide que la luz del Sol llegue a la Luna. Eso quiere decir que, a la noche la Luna llena desaparece por completo, a medida que la sombra de la Tierra la cubre. Aunque la Luna gira alrededor de la Tierra, no siempre se interpone en la sombra de la Tierra, pues su trayectoria alrededor de la Tierra está inclinada 5 grados y por ello no tenemos un eclipse lunar todos los meses.

Una forma fácil de recordar la diferencia entre un eclipse y otro es su nombre, qué es lo que se pone oscuro cuando ocurre. En un eclipse solar el Sol se pone más oscuro. En un eclipse lunar la Luna se pone más oscura.

viernes, 16 de junio de 2023

LAS TORMENTAS ELÉCTRICAS

 

Las nubes son masas de gotitas de agua o partículas de hielo diminutas que están en suspensión en la atmósfera. Su localización varía desde muy próxima a la superficie terrestre (niebla), hasta más de 10 km. de altitud.  Tipos de nubes.

La Tierra tiene una carga negativa de casi un millón de culombios, y la atmosfera otra positiva de igual magnitud. Las cargas que se forman en las nubes son acumuladas, hasta que el aire llega a un punto de ruptura e intercambio de carga. Las descargas eléctricas se dan entre: intra-nube, nube-aire, nube-nube, nube-tierra (equilibrando la carga negativa de la Tierra que regresa con la tormenta eléctrica). Estas son un fenómeno meteorológico derivado del estado de la atmósfera (presión del aire, temperatura y humedad, siendo más frecuentes las tardes y noches de primavera y verano), caracterizado por sus luces (rayos-relámpagos) y sonidos (truenos).

La precipitación atmosférica es el agua en estado líquido o sólido (en función de las condiciones atmosféricas reinantes) que cae sobre la tierra. La fuente principal de las precipitaciones son las nubes, pero no se llega a producir hasta que las diminutas partículas que las constituyen consiguen un tamaño tan grande como para vencer la fuerza ascendente de las corrientes atmosféricas. Las gotas de lluvia tienen un diámetro superior a 0,5 milímetros, si es menor, se llama llovizna. Se miden en milímetros de altura, o litros por metro cuadrado, con los pluviómetros (totalizadores, y nivómetros). La intensidad de las precipitaciones varía de un lugar a otro, y a lo largo de un año hay grandes variaciones. Hay zonas en las que en un sólo día cae más lluvia que en otras en todo un año. Las causas que influyen son la proximidad al mar, que aumenta la humedad del aire, y las corrientes ascendentes, sobre las cuales las precipitaciones son más numerosas e intensas en la ladera de barlovento (lugar desde el que sopla el viento).

Para que se origine una nube es necesario que el aire sobrepase un grado de saturación, perdiendo la capacidad de almacenar más vapor de agua, originándose un excedente que pasa de la fase gaseosa a la líquida por condensación, o sólida por sublimación. Para que se originen las precipitaciones es necesario que se den las siguientes condiciones:

  • Ascensión y enfriamiento de la masa de aire.
  • Condensación de la humedad atmosférica (vapor de agua) en las diminutas gotas que forman las nubes.
  • Concentración de las gotas en suspensión y aumento de tamaño hasta vencer la corriente ascendente del aire y precipitar.

La nubosidad y posterior precipitación se originan con los siguientes mecanismos:

  • De tipo frontal o ciclónico, por el choque frontal de dos masas de aire a diferentes temperaturas y humedad, mediante dos procesos: por la llegada de un frente cálido, en el que la masa de aire caliente, más ligera, se eleva por encima del aire frío; y por la llegada de un frente frío que desplaza hacia arriba a la de aire caliente.
  • De tipo orográfico o de barrera, se produce cuando una masa de aire caliente y húmedo se eleva sobre una cadena montañosa, y al enfriarse da lugar a una precipitación en la vertiente de barlovento. Los vientos que llegan a sotavento lo hacen tras perder la mayor parte de su humedad, razón por la que estas zonas presentan escasez de precipitaciones (Efecto Föhn, responsable de la creación del desierto más árido del mundo en Atacama).
  • De tipo convectivo, producidas por el aire caliente en ascenso al entrar en contacto con el suelo, y aire frío de las alturas. Este choque entre temperatura y humedad, genera un repentino movimiento ascendente de las masas de aire y una inestabilidad atmosférica, cuyo resultado es la ascensión en forma de columnas de aire y la formación de cúmulos. En la ascensión existe una paulatina pérdida de calor por parte de la condensación del vapor de agua, que facilita la ascensión y crecimiento de la nube hasta convertirse en un cumulonimbo (grandes nubes grises oscuras, de gran desarrollo vertical, con forma de yunque).
  • De convergencia, son las que resultan de la elevación de masas de aire que convergen en una zona de bajas presiones. Este tipo de precipitaciones es típico de la zona ecuatorial.

La disposición térmica determina si la precipitación llega a tierra de forma sólida o líquida, mientras que su humedad condiciona la evaporación de las gotas que la atraviesan y como consecuencia, del tamaño final con el que llegan a tierra. Todos los tipos de precipitaciones se conocen con el nombre de hidrometeoros, y se dividen en dos grandes grupos: uno constituido por la lluvia, llovizna, chubasco, nieve (rodada o granizo blando), aguanieve, y granizo (pedrisco, granos de hielo o nieve); y un segundo grupo constituido por precipitaciones de menor aporte hídrico como la niebla, neblina (bruma húmeda), rocío, cencellada blanca, la escarcha y el verglás.

Las tormentas eléctricas pueden ser:

  • Unicelulares o de célula simple. Aunque con relámpagos y lluvias intensas, son las normales, más débiles y breves, ya que su célula no se retroalimenta de energía. Son las más comunes, y cumplen el ciclo sencillo (nace, madura y se disipa). En ambientes muy secos, son como una tormenta seca.
  • Multicelulares. Poseen dos o más células cuya energía conjunta las puede prolongar horas, originando inundaciones, tornados breves, granizo… Son tormentas complejas, que se constituyen a partir de células o nubes consecutivas, en diferentes fases de desarrollo.
  • Línea de turbonada. Se trata de una línea de tormentas activas con vientos huracanados, lluvias intensas y un frente común tormentoso de entre 15 y 30 km de ancho.
  • De supercélula. Estas se retroalimentan a sí mismas, por corrientes de aire ascendente (columna de aire caliente que se eleva dentro de una nube. Si el aire está húmedo, la humedad se condensa convirtiéndose en un cúmulo), con una gran carga de energía. Se gesta cuando hay cambios bruscos en la dirección del viento que interfieren en el rápido ascenso de la corriente de aire. La tormenta se hace giratoria, el viento se mueve con gran rapidez en su interior, desprende granizo, y puede constituir un tornado.
  • De eco arqueado. Son tormentas de formas curvas o arqueadas, en cuyos centros se producen vientos fuertes en línea recta.
  • Sistema convectivo de mesoescala. Es un sistema formado por distintas tormentas que puede propagarse a lo largo de kilómetros, durante horas de lluvia y vientos muy fuertes. Surge de otros tipos de tormentas durante las madrugadas.
  • Vórtice convectivo de mesoescala. Es un centro de baja presión dentro de un sistema convectivo de mesoescala que arrastra los vientos siguiendo un patrón circular. Si se mueve en aguas tropicales, puede convertirse en el núcleo de un huracán.

Las tormentas eléctricas se forman en un ciclo de tres etapas:

  • Nacimiento. En esta el aire cálido asciende y produce cúmulos. Si las condiciones son idóneas, se producen partículas de hielo en el tope de la nube. Como el aire caliente es más ligero que el frío, comienza a elevarse (corriente ascendente). Si el aire es húmedo, entonces el aire caliente se condensa en una nube cúmulo. La nube sigue creciendo mientras haya aire cálido ascendiendo.
  • Madura. Cuando el cúmulo se hace muy grande, el agua en ella se hace pesada, y gotas de lluvia comienzan a caer cuando el aire ascendente ya no puede sostenerlas. Mientras el aire frío (más pesado que el caliente) entra en la nube y comienza a descender (corriente descendente: un descenso repentino de aire frío al suelo, en general, asociado a tormenta eléctrica y precipitaciones), y arrastra la pesada agua hacia abajo, provocando lluvia. Esta nube se ha convertido en un cumulonimbo porque tiene una corriente ascendente otra descendente, y lluvia. Se produce una turbulencia intensa e irregular dentro de las nubes, a medida que se logra cierto equilibrio entre vientos ascendentes y descendientes, y los primeros relámpagos se producen por la caída de las partículas más pesadas o densas, en medio de lluvias y vientos torrenciales.
  • Disipación. Tras unos 30 minutos, la corriente descendente empieza a dominar a la ascendente y la tormenta comienza a disiparse. Como el aire caliente ya no puede elevarse, no se pueden formar más gotas de lluvias. La nube se extiende hacia los lados a medida que las corrientes frías predominan, el exceso de energía se agota, y la precipitación se debilita a medida que los cirros contribuyen con su sombra al enfriamiento de la corteza terrestre. El proceso completo dura cerca de una hora en tormentas ordinarias.

En resumen, el proceso de formación de una tormenta es:

  1. Debe existir aire caliente lleno de vapor de agua.
  2. El aire caliente sube, pero se mantiene más caliente que el aire que le rodea.
  3. Al ascender, se transfiere calor desde la superficie terrestre a los niveles superiores de la atmósfera. El vapor de agua se enfría, se condensa por debajo del punto de rocío, y se forma un cumulo con un desarrollo vertical de hasta 6 km.
  4. La parte superior de la nube es más fría que la inferior. Entonces, el vapor de agua de la parte superior se convierte en trozos de hielo que crecen.
  5. El calor aumenta en la nube y se crea más vapor, a la vez que el viento frío sopla desde arriba de la nube.
  6. Los trozos de hielo del interior de la nube son arrastrados hacia arriba y hacia abajo por el viento (con hasta 160 km/h). El choque entre los trozos produce chispas que crean regiones de gran carga eléctrica y posteriormente aparecen como relámpagos.

El rayo. Es una gran descarga natural de electricidad estática, que genera un pulso electromagnético, acompañada por la emisión de luz. El relámpago es una chispa gigante que ilumina la zona de la corriente durante la descarga eléctrica. Los rayos se producen cuando las partículas de hielo o nieve de una nube chocan entre sí, lo que provoca que se separen sus cargas eléctricas. Las cargas positivas o protones se forman en la parte superior de la nube y las negativas o electrones se forman en la parte inferior. Como los opuestos se atraen, en el suelo debajo de la nube comienza a acumularse una carga positiva. La carga eléctrica se concentra en torno a cualquier elemento empinado hacia arriba (montañas, personas o árboles). La carga eléctrica proveniente de estos puntos se conecta con la carga que baja de las nubes y finalmente ocurren los rayos que transmiten una fuerza instantánea de hasta mil kW. El desplazamiento veloz del rayo y su irrupción en el aire generan un estruendo, llamado trueno.

El trueno. Es la evidencia audible de que existe actividad eléctrica y éstos a su vez son producto de los relámpagos o rayos. Cuando un rayo se desplaza desde la nube al suelo abre un pequeño agujero en el aire. Una vez que la luz se ha ido, el aire colapsa al regresar y crea una onda de sonido que oímos como un trueno. La razón por la que vemos un rayo antes de oír el trueno es que la luz viaja más rápido que el sonido. Un trueno es el sonido de la onda de choque que un rayo ocasiona sobre el aire de la atmósfera, a medida que lo calienta a su paso a más de 28.000 °C. Ese aire caliente se expande con rapidez y aumenta su volumen, pero al mezclarse con el aire frío en derredor se enfría de golpe y se contrae. Dicho movimiento doble produce las ondas sonoras que oímos como un trueno.

Distancia a una tormenta. Como la luz viaja a 300.000 km/s y el sonido apenas a 35 km/s. Al ver el relámpago contamos los segundos transcurridos hasta el trueno (por cada 3 segundos transcurridos, hay 1 km de distancia a la tormenta). También se pueden contar los segundos que hay entre el relámpago y el trueno, y dividir la cifra entre tres. El resultado son los kilómetros a que está la tormenta.

Niebla. Esta aparece cuando la condensación se produce en una capa de aire estable próxima al suelo, favorecida por la existencia de partículas y el enfriamiento del suelo. Se forma por suspensión en el aire de gotitas de agua, cada una de las cuales se ha formado alrededor de un núcleo de condensación. La clasificación de las nieblas depende del grado de visibilidad: niebla propiamente dicha, cuando la visibilidad horizontal es inferior a 1 km; neblina, de 1 a 2 km; y bruma, de 2 a 4 km.

Rocío y escarcha. El aire roza con el suelo más frío, dándose una inversión térmica que provoca condensación sobre la superficie terrestre. Si ésta se realiza a 0 ºC da lugar al rocío, y si es inferior, a la escarcha, ya que pasa directamente a hielo (fase sólida). La diferencia entre el rocío y la escarcha es que el rocío es agua en forma de gotas que aparece en objetos expuestos durante la mañana o la noche debido a la condensación, y la escarcha es una capa o depósito de hielo que puede formarse con el aire húmedo en condiciones frías, generalmente durante la noche.

 Granizo. Cuando el aire saturado de humedad asciende a una altitud con temperaturas bajo 0 ºC, se forman cristales de hielo en la parte alta de la nube. Si a estos cristales se les añaden pequeñas gotas de agua llevadas por las corrientes ascendentes, crecen hasta alcanzar un tamaño que les hace caer. En su caída adquieren mayor tamaño al unirse por nueva solidificación de gotas de agua, con lo que se origina el granizo. Si el engrosamiento de los cristalitos de hielo es grande se llega al pedrisco, pudiendo llegar a tamaños de huevos de gallina y más de 500 gr. La granizada es la precipitación más destructiva, ya que a pesar de que la mayoría de las tormentas de granizo no superan los diez minutos de duración, presentan daños en áreas importantes (unos 16 km2), con destrozos de cosechas, roturas de cristales, y lesiones a personas y animales.

Nieve. Si cesan las corrientes de aire, la nube queda a menos de 0 ºC y se forman cristales de hielo que, al unirse entre sí, forman copos de nieve con diversa morfología, que se pueden fundir durante el descenso.

Efectos de las tormentas eléctricas. El impacto directo de un rayo nos puede producir múltiples problemas hasta la muerte súbita. Cuando el rayo cae sobre un objeto, generalmente de metal, genera una onda expansiva que altera la presión atmosférica, lo que puede provocar la caída al suelo de una persona, y provocarle múltiples problemas. Sólo el 30 % de la gente afectada por un relámpago muere. Los relámpagos pueden ser en ocasiones más calientes que la superficie del Sol.

En casa o cualquier otra edificación los rayos pueden provocar la sobrecarga de la red eléctrica, dañando los equipos que estén conectados a la red, generando cortocircuitos, incendios y explosiones.

Al aire libre no hay un lugar 100 % seguro. Las tormentas severas pueden generar copiosas lluvias e inundaciones repentinas. Vientos fuertes devastan todo a su paso, rompen ventanas, derriban árboles, líneas eléctricas, estructuras móviles. Si ocasionan tornados, éstos pueden destruir las construcciones humanas en tan sólo unos minutos.

La tormenta eléctrica severa es muy peligrosa por la caída de granizo, vientos con rachas superiores a 93 km/h, e incluso tornados.

Debemos buscar un refugio alejado de ventanas y paredes de vidrio, elementos que el viento pueda arrastrar, alejarse de masas de agua, objetos metálicos o conductores de electromagnetismo, alejarse de árboles, antenas, cimas de montañas.

Despojarse de los objetos metálicos ya que el metal es conductor de electricidad.

Alejarse de cableados eléctricos, líneas telefónicas, estructuras metálicas como las de las vallas publicitarias, vías del ferrocarril y maquinarias pesadas. No buscar cobijo en zonas propensas a inundaciones.

Descartar la permanencia en la intemperie, en lugares solitarios, tiendas de acampar o pequeñas chozas.

Se deben cerrar las puertas y ventanas que dan hacia el exterior, para evitar corrientes de aire.

Desconectar los equipos electrónicos, las antenas de televisión y el teléfono con cable.

No bañarse, ducharse o permanecer en contacto con el agua.

El mejor lugar para protegerse es un edificio sólido o un coche con el motor apagado y las ventanas cerradas.

Es más fácil ser impactado por un rayo en una llanura, que entre colinas.

martes, 13 de junio de 2023

LOS DRUIDAS

La palabra druida proviene del latín “druĭda, druides, druidae”, voz de origen galo dryw (druida, hechicero), e irlandés druad (vidente) como “dueño de la ciencia”, conferido del protocelta “dru-vid-es” (dru = árbol; wid = saber) entre los galos, pueblo perteneciente al tronco celta a partir del año 1000 a.C. El historiador romano Plinio el Viejo relacionó la voz druida con el nombre griego drãj “encina, roble”, por la importancia que en los cultos religiosos druídicos tenían estos árboles.

Los celtas fueron pueblos de origen indoeuropeo que habitaron regiones, durante la Edad de Bronce, que hoy forman parte de Irlanda, Escocia, Inglaterra, Portugal, Suiza, España, e Italia. Vivieron agrupados en tribus, que desarrollaron un conjunto de lenguas y que más tarde los británicos simplificaron, como la gaélica, aún vigente en pueblos de Gales, Irlanda o Escocia. Los escritores griegos y romanos describían a los celtas como arrogantes y alborotadores, sobre todo durante los jolgorios para festejar las victorias, junto con manifestaciones folclóricas, con instrumentos como el carnyx, la gaita, la bombarda, la flauta y el bodhrán.

El origen de la casta druídica tiene sus raíces en la época en que los primitivos cazadores-recolectores vieron al roble como su gran símbolo (antes del 4000 a.C. los robledales cubrían Europa). Estos recogían bellotas, y hasta el siglo XII fue básica en la alimentación. En el primer milenio a.C., cuando comenzó la expansión celta, toda persona culta en la tribu era considerada “sabio del roble”.

Los celtas usan el término Keltiké, para nombrar a Hispania, con significado más étnico, que geográfico. Aparecen en la Edad del hierro con una serie de invasiones de pueblos indoeuropeos (tartesios, iberos, celtas, celtiberos y cartagineses). Los celtas originarios de los Alpes, viven al final de la edad del bronce. Son tribus pastoriles y guerreras, que entran por los Pirineos en dos grandes migraciones, una en el 800 a.C. procedentes del Ródano, y se establecen en Cataluña y norte de Castellón, y otra en el 600 a.C., que se establecen en las llanuras de Navarra hasta el valle del Segre, y después por toda Hispania, siendo la cuenca alta y media del Duero y la cordillera Ibérica los núcleos más importantes. Su expresión artística más característica son los poblados con recintos amurallados levantados en las cimas de los montes con fácil defensa, y conocidos como citanias o castros, poblados formados con casas circulares construidas con madera, ramas y mimbres enlazadas, con techo cónico de paja (Las Cogotas, Castro de Santa Tecla, Baroña y Coaña).  Algo más tardías son las ciudades de los arévacos, algunas con gran desarrollo urbanístico como Numancia, y otras más primitivas, excavadas sobre la roca como en Tiermes. Su cultura llamada de La Tène, caracterizada por el uso del hierro y ritos funerarios de inhumación en fosas rodeadas de piedras, formando túmulos, y la cremación de los cadáveres cuyas cenizas se depositan en urnas originan la cultura de Los Campos de Urnas, con restos en Cataluña, Castellón y Cortes (Navarra). No conocen la escritura ni acuñan moneda, usan la cultura del Hallstatt, y basan su economía en la agricultura, ganadería (pastoreo y domesticación del caballo), metalurgia, y el comercio mediante el trueque con fenicios, cartagineses y otros pueblos celtas. Fueron muy habilidosos con el metal (arados, hoces, espadas y objetos de adorno como broches, torques, fíbulas), lo que les dio una superioridad armamentística. Su organización era tribal, unidos por necesidades de defensa.

La sociedad celta, según J. César, Estrabón, y Diodoro Sículo, entre otros muchos, estaba configurada por:

  • Los druidas en la cima de la jerarquía como los miembros superiores del estamento sacerdotal, que estudian la filosofía moral. Estrabón los considera los máximos exponentes de la magia, y guardianes de los secretos y escritura ogámica (alfabeto con 20 signos). Como inventores del calendario, eran quienes decidían las fechas de las fiestas religiosas; como teólogos, sólo ellos conocían la naturaleza de los dioses, sus deseos y modo de honrarlos. Cuando moría, la sucesión regresaba al druida más digno.
  • Los bardos, para Diodoro Sículo en su “Bibliotheca historicae”, son poetas, narradores, artistas que poseen una creatividad y habilidad espiritual innata. Actúan como censores de la sociedad, dedican elogios a algunos personajes y les ayudan a ocupar cargos políticos, mientras que a otros les dirigían crueles sátiras que acababan con sus carreras. Eran responsables de la transmisión oral de las tradiciones. Con sus cantos transmitían de forma sencilla y fácil de aprender, los logros en las batallas. Los druidas los consideraban sus rivales y se enfrentaron a ellos con éxito, relegándoles a bufones a sueldo de los aristócratas.
  • Los vates o filidh crean poesías, se ocupan del culto, la adivinación y la medicina, pues son especialistas en el mundo natural, y en ocasiones realizan sacrificios con animales y a veces con humanos, para practicar la adivinación. Constituían una tercera orden religiosa. El fili o poeta-historiador además de componer panegíricos e invectivas, transmitían oralmente el folclore de la comunidad y participaban de alguna manera en los códigos de leyes y profecías.
  • Los magos o adivinos, de aquí que se les considere además de sacerdotes, chamanes, hechiceros, y brujos.

Su religión era panteísta y misteriosa, creían en la reencarnación o transmigración de las almas y en la existencia de otra vida tras la muerte. Entre los conocimientos transmitidos (a los jóvenes que eran formados para ser druidas, y que tenían que aprender de memoria) estaban los relativos al culto, la magia, el uso de hierbas, plantas y aguas medicinales, y la determinación de días fastos y nefastos, por lo que algunos historiadores los relacionaron con los pitagóricos griegos. Alejandro Polímata y Diodoro Sículo consideran pitagórica su doctrina (las almas son inmortales y después de un número de años comienzan una vida nueva en un cuerpo nuevo). Es por ello que los enterramientos celtas se hacían acompañando al cadáver con toda clase de objetos cotidianos. Posidonio de Apamea dice que reflexionan acerca de los astros y su movimiento, del tamaño del mundo y la Tierra, y del poder de los dioses. Profesan una forma de panteísmo al identificar universo, naturaleza y deidad. Sólo importa la pureza del alma.

Aunque se tiene evidencia arqueológica de las prácticas religiosas en la Edad del Hierro, no hay registros escritos por los propios druidas si no descripciones de griegos y romanos, así como historias del medievo, de escritores irlandeses. Los hallazgos de tocados sin función militar son piezas de bronce en forma de hojas, conos o discos, y a veces con aditamentos de cuerno o asta.

La referencia más antigua de la que se tiene conocimiento data del 200 a. C., y de Julio César en “La guerra de las Galias”, donde señala que los druidas se encargaban de presidir todos los sacrificios, las actividades religiosas, las grandes fiestas anuales, los ámbitos político y judicial (imponen sentencias y castigos). Son los administradores de los rituales de sacrificios humanos, para los cuales, en general, utilizaban a guerreros enemigos capturados. Las víctimas, tanto animales (buey, cerdo, cordero) como humanas, eran observadas cuidadosamente mientras morían porque interpretaban sus estertores, los chorros de sangre o incluso la forma en que caían al suelo para arrojar luz sobre el futuro. Una de estas posibles víctimas (Hombre de Lindow), descubierta en una ciénaga cerca de Cheshire (Inglaterra), murió de la forma habitual en los rituales. Pese a que no tenían libros sagrados y transmitían su doctrina y sabiduría de forma oral, nos ha llegado, el texto en doce líneas de una oración en una plancha de plomo descubierta en 1971 en una fuente de Chamalières, cerca de Clermont-Ferrand. En 1983, se encontró en Veyssière (Aveyron), el llamado Plomo de Larzak, con un mensaje inscrito para el otro mundo. El Calendario de Coligny, encontrado a finales del XIX, grabado en una plancha de bronce, organizaba los diferentes rituales que se sucedían. Este tenía una mayor elaboración que el juliano y con una sincronización lunar de cinco años, lo que da fe de los profundos conocimientos astronómicos, geográficos y de la naturaleza de los druidas.

Pomponio Mela cita a una comunidad de sacerdotisas en Sena, con cultos druídicos femeninos, como los ritos realizados por las monjas del monasterio irlandés de Kildare, que mantenían un fuego perpetuo en honor de Santa Brígida, patrona de Irlanda.

Se sabe, que el druida Mog Ruith fue llamado por los galos de Munster; de las actividades guerreras del druida Cathbad, y de Diviciaco (miembro de la tribu de los heduos) que mandó un cuerpo de caballería; del caudillo Vercingétorix que apadrinó la unión de todas las tribus celtas, hasta que Julio César la destruyó, aunque la cultura y religión druídica mantuvieron su vitalidad hasta ser marginada, perseguida y asimilada por el cristianismo, a partir del siglo III d.C., que hizo todo lo posible por erradicar cualquier culto religioso pagano, pero se dejó influir por muchas creencias mágicas precristianas. Cuando el poder romano se extiende por Europa, prohíbe a los druidas el aprendizaje y enseñanza de sus conocimientos por lo que la institución se fue terminando poco a poco.


El trisquel, triskel, trikele o trinacria, es el símbolo supremo druida formado por tres brazos en espiral unidos en un punto central, configurando la forma de una hélice. Su primera espiral representa las sensaciones, los sentidos, los límites, la evolución, crecimiento, capacidades y equilibrio del cuerpo, mente y espíritu. La segunda representa la conciencia y la razón, el camino de las ideas, el pensamiento, el presente, el pasado y el futuro. La tercera espiral, llamada triskillan, representa el aprendizaje perpetuo del mundo del espíritu y de los dioses, la eterna evolución del camino del alma, y el principio y el fin. Algunos aparecen en acuñaciones monetarias (en la ciudad prerromana de Ilíberis, Granada), y otros grabados en piedra (petroglifos), en Galicia, Cantabria, Asturias y el País Vasco. El tres es su número sagrado.

Julio César, señalaba que los druidas eran responsables de organizar la vida política (asesoran al jefe en asuntos religiosos, judiciales, penales, y conflictos fronterizos), el culto, los sacrificios, la adivinación u oráculo, y son depositarios de los conocimientos de la comunidad. Supervisaban los juramentos de los guerreros para demostrar su lealtad. Por todo ello gozaban de privilegios (no pagan impuestos, ni cumplen con ninguna obligación militar). Diodoro Sículo y Estrabón, afirmaron que los druidas eran temidos por su conocimiento de ciertas plantas y ungüentos especiales, con tal grado de respeto que podían detener una batalla si se paraban entre dos ejércitos. Fue Pomponio Mela el primer autor que manifestó que la instrucción de los druidas era secreta.

Un druida imponía tabúes (geissi), y que, si no se obedecían, se creía que pronto llegaría la desgracia o muerte para el infractor y sus parientes, además preparaban pociones para reforzar sus geissi. Los druidas recolectaban plantas como el muérdago (planta parásita), pues era símbolo de la vida y la fertilidad, porque es una planta perenne y mantiene sus hojas incluso cuando su árbol anfitrión ha perdido todo su follaje. Se recoge, la noche, del sexto día de la luna que marca el comienzo de meses, años y siglos. Tras los preparativos necesarios para el sacrificio y el banquete bajo los árboles sagrados, traen dos toros blancos con sus cuernos vendados. Con su túnica blanca, un druida sube al árbol para cortar el muérdago con su hoz de oro. Después matan a los animales de sacrificio y rezan para que el dios les recompense la ofrenda. Escritores grecorromanos como Tácito, Plinio el Viejo, Marco Anneo Lucano, Julio César, Suetonio, Diodoro Sículo, y Cicerón dicen que los druidas practican sacrificios humanos, por lo que los consideran bárbaros, y para que fuera aceptado por los dioses, tenía que ser realizado por un druida, al ser estos intermediarios entre las personas y los dioses. Observando el viento y los cantos de las aves con el sacrificio de animales sagrados, y en ocasiones de humanos, leen el futuro a través de su agonía, al hundir una daga en su pecho, o golpear con una espada la espalda, observan la dirección en que desfallece, en que se convulsionan sus extremidades y en que brota su sangre. Se han encontrado sepulturas masivas fechadas, en la edad del hierro, en Gournay-sur-Arode y Ribermont-sur-Ancre.

Los registros más antiguos sobre los druidas provienen del griego Soción de Alejandría, que menciona la existencia de druidas de los keltois (celtas). Tácito, senador romano, describió cómo cuando el ejército romano, dirigido por Cayo Suetonio Paulino, atacó, en el año 60 d.C. la isla de Mona, Anglesey, sitio en el que se fundó un centro de culto druídico, y que fue destruido en el siglo I d.C. por los romanos y las arboledas sagradas de Mona taladas.

a partir del siglo V a.C., los druidas alcanzaron una posición preeminente según Dion Crisóstomo “Los druidas dominan el arte adivinatorio y todas las ciencias. Los reyes no pueden tomar decisiones sin su consentimiento”. Dion Casio dice que el rey Ambigato de los biturigos llevaba a cabo adivinaciones y estaba capacitado para realizar sacrificios. Por su parte, Deyótaro de Galacia dice que era el caudillo y líder religioso más poderoso de entre los gálatas. Plinio afirmaba que eran quienes poseían los conocimientos médicos y mágicos debido a que eran los sanadores, del mismo modo, que estaban capacitados para el uso de hierbas y la cirugía.

 Los celtas, al igual que otras culturas de la época, contaban con dioses como:

  • Teutates dios de la guerra y protector del pueblo. La víctima consagrada a él era quemada viva dentro de un gran muñeco (hombre de mimbre).
  • Esus dios de la tierra y la naturaleza, se lo veneraba ahorcando a la víctima en los árboles del bosque.
  • Taranis dios de las tormentas. El sacrificio consagrado a él consistía en ahogar a la víctima en un caldero.
  • Belenus el dios del sol, del fuego y de la luz.

Sus ceremonias se realizaban en los bosques, y servían para aplacar la ira de los dioses, infundir el pánico, y manifestar el poder que tenía sobre su pueblo. Cuando los romanos supieron del ritual de las tres muertes, vieron que estaban ante seres temibles, y temían a la magia de los druidas.

Durante la Edad de Hierro los druidas están en el nivel más alto de la sociedad celta. La construcción de megalitos se desarrolló entonces, y este período vio el surgimiento de grandes montículos como Newgrange y círculos de piedra como el santuario de Stonehenge, o los alineamientos de Carnac. John Aubrey fue el primer escritor que vinculó Stonehenge con los druidas. El arqueólogo Stuart Piggott, autor de “Los druidas”, les consideró bárbaros y salvajes, y fue solo en el momento álgido de su expansión cuando griegos y romanos empiezan a hablar de ellos como clase intelectual de la sociedad celta.

Durante el s. III a. C., el Imperio Celta se desintegró en multitud de reinos. El 247 Amílcar Barca, hace incursiones en la costa italiana, mientras la flota romana de L. Cátulo, gana la batalla en el puerto de Lilibeo (242) y de Trapani (241), obligando a Cartago a firmar la paz con Roma. En el 228 Orisón con un grupo de iberos, engaña a los púnicos fingiendo una alianza en Hélice, y mata a Amílcar, en la batalla de Helike. Le sucedió su yerno Asdrúbal (asesinado por un celta, le sucede su cuñado Aníbal Barca) quien fundó, el 226, Cartago Nova sobre la antigua Mastia, y la tomó como capital. Esto hace que Roma envíe una embajada a dialogar con los Barca obligándoles a fijar un límite a su expansión en el Ebro (los territorios al norte del río para Roma, los del sur para Cartago). Las tribus galas invaden Italia, pero Roma vence en Telamón, e incorpora su territorio a la Galia Cisalpina. El 387 a.C. los romanos son derrotados por los celtas (tribu de los senones) en la batalla de Alia, y saquean Roma, luego en el 225 de producen sublevaciones celtas en la Galia Cisalpina.

Durante la Guerra de las Galias, entre el 58 y el 51 a. C., el ejército romano, dirigido por Julio César, conquistó la mayoría de tribus, e introdujo medidas para librar de druidas a la región. Según Plinio el Viejo, fue Tiberio quien prohibió no sólo a los druidas, sino también a otros adivinos y curanderos, acción aplaudida por Plinio creyendo que ello acabaría con los sacrificios humanos. Suetonio en el siglo II, señala que Augusto (primer emperador del 27 a. C. al 14 d. C.), decretó que nadie que fuera druida podría ostentar la ciudadanía romana, y esto fue seguido por otra ley de Claudio (emperador del 41 al 54 d. C.), que suprimió a los druidas, y sus prácticas religiosas. César menciona la zona de Carnutes, donde se celebraba una asamblea anual de todos ellos, en el bosque sagrado de la tribu de los carnutos, lugar que algunos expertos han identificado con la ciudad francesa de Neuvyen-Sullias y otros con el emplazamiento de la catedral de Chartres.

Los druidas entraron en decadencia por el auge del Imperio romano, y su aversión a los sacrificios humanos, por el choque ideológico, ya que Roma tiene una cultura materialista y jerárquica y la de los druidas era espiritual y centrada en la moral. Varios emperadores intentaron erradicar a los druidas, especialmente Tiberio (que reinó del 14 al 37 d. C.) y Claudio. Los druidas y su religión decayeron con la llegada del cristianismo a Europa. Además, su misma implicación en los asuntos políticos, diplomáticos y judiciales les hizo perder su carisma espiritual, la creciente influencia de la cultura y presión romana acabó por derrumbar la cultura celta. El primer territorio celta conquistado por los romanos fue el norte italiano hacia el 200 A.C. tras varias campañas romanas, y a pesar de las victorias obtenidas aliados a Aníbal en la Segunda Guerra Púnica, participaron activamente en varias batallas (Canas). Cayendo luego España en poder romano, tras varias campañas romanas infructuosas, entre el 200 al 133 a.C. fecha en que cae en poder romano Numancia. En el siglo I los romanos incendiaron todos sus lugares de culto.

La palabra aguinaldo deriva del céltico “eguinado” (regalo de año nuevo) y de la frase latina "hoc in anno" (este año). Los druidas celebraban la ceremonia religiosa para anunciar la llegada del año nuevo. El 21 de diciembre (solsticio hiemal) salían hacia el bosque en procesión y gritaban “au gui l'an neuf” (al año nuevo) mientras recogían muérdago. Al llegar al bosque se elegía el tronco del árbol donde se grababan los nombres de los dioses y se preparaba un altar triangular. Esta ceremonia fue degenerando, y grupos de jóvenes con “el duende”, marchaban a coger el muérdago y con él hacían en las iglesias ceremonias ridículas, cometiendo excesos. El rey Tacio recibió ramos del bosque que luego daba a los hombres victoriosos. San Agustín y San Juan Crisóstomo censuraban el aguinaldo porque ocasionaba desórdenes (disfrazarse los hombres de mujeres y éstas de hombres, la bebida…). En muchos pueblos castellanos se conservó hasta los 90, la costumbre de pedir y dar el aguinaldo durante Año Nuevo y Reyes con canciones como: El esquilón tiene un diente, la campana tiene dos, y al que no nos dé nada, mala suerte le dé Dios.

Los aguinaldos se generalizan en España con la llegada de los borbones, pero en 1793 un edicto suprime los aguinaldos y las propinas. En los países ortodoxos, los niños reciben sus aguinaldos anunciando la llegada de San Basilio, como en los países más occidentales los reciben de San Nicolás. En otros lo hacen Santa Claus, Papá Noel o los Reyes Magos.

Hoy vemos a los druidas, como las caricaturas de Astérix (de René Goscinny y Albert Uderzo) donde el druida Panoramix brinda a cada uno de sus personajes atribuciones como adivinos, maestros, curanderos y jueces.

El cómic Sláine, recoge la figura del druida como un sacerdote, además de aparecer en juegos y videojuegos.

 

ANALOGÍA

El término analogía proviene del griego “ana” (reiteración o comparación) y “logia” (razón).   La analogía por su etimología es la relació...