La sociedad en general plantea la
necesidad de incorporar a la educación, los conocimientos, destrezas y
capacidades relacionadas con el cuerpo y su actividad motriz, como la salud, la
imagen corporal, la forma física, y la utilización constructiva del ocio, con
actividades recreativas y deportivas.
Decir que un
cuerpo está sano o gozar de buena salud, es disfrutar del bienestar físico,
mental y social, que nos permita realizar los quehaceres cotidianos y disponer
de la energía suficiente para saborear el tiempo de ocio. La salud es un bien
precioso que debemos conservar, y uno de los hábitos cotidianos que nos permite
almacenarla, es realizar una actividad física adecuada y regular para mantener
el cuerpo en forma, con una alta capacidad funcional, y como consecuencia que mejoren,
las esferas psicológica, intelectual y emocional ante los retos continuos de
nuestra vida personal, familiar y laboral.
Las actividades ordinarias del hombre
moderno se han simplificado y facilitado. Casi todas las profesiones y oficios,
se realizan con mayor facilidad y eficiencia, acortando las horas de trabajo y
aumentando el tiempo libre para actividades recreativas o de diversión. Pero,
las actividades recreativas se han vuelto más pasivas, pues los hábitos de vida
son cada vez más sedentarios. Además, los expertos en nutrición advierten de
los riesgos que provoca el sedentarismo en edades tempranas, con la escasa
movilidad y la existencia de un ocio basado en el estatismo (videojuegos,
móvil, internet...), lo que unido a una dieta que en muchos casos no responde
al equilibrio necesario en cada edad, favorece que cada vez más niños tengan
problemas de sobrepeso y en consecuencia de salud.
La inactividad
progresiva y los malos hábitos de vida se reflejan, en el exceso de grasa
corporal, el dolor crónico de espalda, problemas articulares y la falta de
flexibilidad, convirtiéndose en un problema de salud, y una de las causas más
comunes de las consultas médicas. Las estadísticas revelan que la principal
causa de muerte en los países industrializados son las enfermedades
cardiovasculares. Pero todas estas enfermedades pueden prevenirse, en un alto
porcentaje, con sólo cambiar nuestro estilo de vida.
Decir que la vida
es capacidad de movimiento, supone que el ejercicio físico es bueno en
múltiples aspectos, algunos tan importantes como mantener y mejorar la salud de
quien lo practica. El deporte y tipo de actividad deportiva, dependerá de las
posibilidades y gusto de cada uno. La mayoría de las habilidades que se dan en
el deporte, tienen su origen y fundamento en las habilidades físicas básicas,
como: andar, correr, saltar, equilibrio, volteos, balanceos, lanzar, patear...
La Educación Física, tiene en el cuerpo
y el movimiento los elementos esenciales de su acción educativa. Se orienta, al
desarrollo de las capacidades vinculadas a la actividad motriz y a la
adquisición de elementos de cultura corporal. Favorece el desarrollo psicomotor
y se utiliza como método de mantenimiento, recuperación y prevención, por ello
la actividad física es un medio, además de un método destinado a desarrollar,
restaurar, o mantener las funciones restringidas o lesionadas, y una técnica
terapéutica funcional que contribuye a la realización de la persona en toda su
dimensión.Educación Física
Entre los muchos aspectos
positivos que el ejercicio físico aporta a la salud están:
Ayuda en
múltiples procesos rehabilitadores y patologías invalidantes.
Mejora el perfil
lipídico (colesterol, triglicéridos, lipoproteínas).
Aumenta la
sensibilidad a la insulina en pacientes diabéticos.
Mejora el control
de peso y la menor cantidad de grasa.
Da mayor energía
y menor fatigabilidad física y mental.
Aumenta la
confianza personal y mejora la autoestima.
Hace a los
mecanismos de sudoración más eficientes.
Disminuye la
susceptibilidad a infecciones comunes.
Fortalece a los
huesos, músculos y tendones.
Ralentiza la velocidad
de envejecimiento.
Mejora el estrés.
Documentos
científicos, presentan la evidencia de los efectos beneficiosos de la actividad
física sobre la salud en general, y recalcan que, tanto las personas sanas como
muchos pacientes cardiovasculares, pueden aumentar su capacidad funcional con
el debido entrenamiento.
El corazón es un
músculo y, por tanto, puede ser entrenado para aumentar su fuerza, convirtiéndole
en una bomba más poderosa, capaz de contraerse con más fuerza, enviando en cada
latido más sangre oxigenada a las arterias y tejidos corporales. Los cambios
que el ejercicio regular produce a nivel microscópico y bioquímico en tus
músculos, hacen que ellos utilicen con mayor eficiencia el oxígeno que les
llega en mayor cantidad. Esta gran ventaja fisiológica hace que, si tú eres una
persona activa, el corazón supla la cantidad de sangre que tú cuerpo necesita con
menos esfuerzo. A la vez, con el ejercicio regular aumenta la eficiencia del
sistema respiratorio y la capacidad de tomar oxígeno y llevarlo a la sangre que
circula por los pulmones. Todos estos cambios, en conjunto, aumentan la
capacidad máxima de consumir y utilizar el oxígeno (capacidad aeróbica).
La realización de
una actividad física ha demostrado ser una práctica sumamente beneficiosa en la
prevención, desarrollo y rehabilitación de la salud, así como un medio para
forjar el carácter, la disciplina, la toma de decisiones y el cumplimiento de las
reglas beneficiando así el desenvolvimiento del practicante en todos los
ámbitos de la vida cotidiana. Cuando una persona por algún motivo queda
postrada en cama, va perdiendo energías, entumeciéndose cada vez más, al igual
que cuando pasamos mucho tiempo en la misma postura, sentados, de pie o
tumbados. Incluso cuando dormimos, nuestro inconsciente nos hace cambiar de
postura varias veces a lo largo de la noche. Generalmente, durante la
realización del ejercicio físico, el individuo, aunque algunas veces se sienta
cansado, al finalizar la actividad nota bienestar general, alivio emocional y
descargado de toda tensión o estrés.
Para terminar,
decir que la actividad física, debe ser tomada como una práctica regular y
sistemática en la vida de todas las personas, sin distingo de edad, sexo,
condición social u ocupación, por el sinfín de beneficios para la salud integral
de las personas, ya que ofrece herramientas que permiten afrontar la vida con
una aptitud diferente y mejor salud, fortaleciendo la diligencia y la
perseverancia, con sentido de honradez, responsabilidad y del cumplimiento de
las normas, en suma, permite que las personas tengan la vitalidad, vigor,
fuerza y energía fundamentales para cumplir con su deber en el grupo social al
que pertenecen.