Este juego tiene tantos nombres como regiones. En algunos sitios lo llaman “Chorro, churro, cinco dedos, morro, pico, tallo, y qué...”, referidas estas extrañas palabras a los cinco dedos de la mano. En otros dicen “Punzón, tijerillas y ojo buey”, refiriéndose a las posiciones de tres dedos. Y en otros lugares "Churro, media manga, manga entera. Mano, codo, hombro...” por la parte que señala el capitán del equipo saltador.
El juego tiene sus orígenes, a juzgar
por unos grabados franceses en 1657 “Les jeux et plaisires de l´enfance”,
y nosotros en Castilla la Vieja, jugábamos en
la calle, siempre que el tiempo nos lo permitía, aunque ya sabéis que en muchos
pueblos de España hay solo dos estaciones, la del tren y el invierno.
Se comienza con los dos capitanes que echan a
suertes para ver quien escoge primero a un compañero para formar su equipo,
luego el otro capitán escoge a otro, y así hasta terminar de hacer los equipos.
Cada equipo tiene que tener un mínimo de cinco jugadores.
Un equipo hace de “burro” y el otro de “saltador”.
Uno de los jugadores del equipo hace de “madre” y
se coloca de espaldas en una pared (con la función de soporte o almohadón) y el
primer “burro” doblándose, coloca su cabeza entre las piernas de la “madre”. Los
demás compañeros esconden su cabeza entre las piernas del anterior y se agarran
fuertemente a las piernas del anterior para no deshacer la hilera, a la vez que
abren las piernas para soportar mejor el peso y la caída del “saltador” en sus
espaldas.
Hecho el “burro”, los componentes del equipo de “saltadores” toman carrerilla, saltan y caen a horcajadas sobre él, cuanto más cerca de la “madre” mejor. Siempre comenzaba el que tenía más fuerza y habilidad, pues tenía que saltar lo más lejos posible para dejar sitio a sus compañeros y pudieran entrar todos.
Cuando todos habían saltado, el “burro” tenía que
resistir, pero a veces se tambaleaba, y si se quebraba perdía y se repetía el
salto “Burro ringao no come pescao”.
Enseguida el capitán de los “saltadores”, mostrando
su mano a la “madre”, daba las voces rituales, resaltando uno de sus cinco
dedos con la pregunta: ¿Chorro, morro, pico, tallo o qué?,". Si el capitán
del “burro” acertaba, ganaba, si no, se repetía el salto. En otros sitios
decían ¿churro,
media manga, o manga entera, dime que tengo en la cazuela? Si se pone churro,
se sujeta la muñeca con la mano contraria. Con media manga, la mano agarra el
codo. Y con manga entera, la mano indica el hombro.
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