miércoles, 1 de mayo de 2024

EL PLACEBO

Placebo es futuro imperfecto de indicativo del verbo latino placere “causar placer”.

Según el DRAE es la sustancia que, careciendo por sí misma de acción terapéutica, produce algún efecto en el enfermo, si este la recibe convencido de que esa sustancia posee realmente tal acción.

Se entiende por efecto placebo a la disposición de naturaleza curativa que posee un determinado tratamiento médico o agente terapéutico sin ningún tipo de efecto farmacológico, es decir son el grupo de efectos que influyen en la salud por medio de un acto médico u otro tratamiento terapéutico. El efecto placebo es la acción curativa o de mejoría resultante de tomar una sustancia que sin tener actividad farmacológica tiene un efecto terapéutico si el paciente que la ingiere cree que es un medicamento efectivo. Es un fenómeno en el que la expectativa positiva del paciente hacia un tratamiento puede llevar a mejoras reales, aunque el tratamiento en sí mismo no tenga propiedades curativas. Esto destaca la conexión entre la mente y el cuerpo, y cómo las expectativas y creencias pueden influir en la salud.

Generalmente hace referencia al hipnotismo en el que recae el cerebro después de que un individuo ha ingerido un elemento con supuesto poder curativo, aunque no sea así, y sin embargo este imita los posibles efectos farmacológicos que tendría. En otras palabras, es un elemento que no tiene un impacto directo en la enfermedad o síntoma tratado, pero puede generar mejoras en la salud debido al efecto psicológico y emocional de la creencia en su eficacia.

A nivel neurofisiológico se ha demostrado que la aplicación del placebo estimula la corteza frontal, el núcleo accumbens, la sustancia gris y la amígdala activando las vías dopaminérgica y, en menor medida, la serotoninérgica. Esta activación provoca una sensación de recompensa y relajación que coincide con la mejoría percibida por los pacientes. Sin embargo, el mecanismo de acción del efecto placebo sigue siendo, en parte un misterio. Lo intrigante de este proceso es que parece tratarse de un fenómeno en el que el pensamiento abstracto llega a influir procesos mentales muy básicos y primitivos, que actúan de manera parecida en animales no humanos.

Muchos lo describen como un fenómeno psicológico ya que los síntomas de un paciente pueden mejorar consecutivamente a través de los tratamientos que contienen sustancias placebo, siempre y cuando el paciente no tenga noción alguna de que esta ingiriendo un placebo en lugar de un fármaco. Según estudios, la posible explicación fisiológica del efecto correspondería a la estimulación de una de las áreas del cerebro, al auto influenciar el paciente en su cerebro y cuerpo por la creencia de su curación, por ello el efecto placebo no posee la misma eficacia para todos los pacientes, pero es muy útil sobre todo cuando se trata de enfermos hipocondríacos, en los que es muy frecuente que no exista una patología real y sí un problema psicológico.

El término hipocondría puede aplicarse tanto a una característica psicológicamente estable de un sujeto, que es la denominada hipocondría primaria, o a una respuesta transitoria que aparece en la persona ante signos corporales de alarma que le llevan a prestar mayor atención de la habitual a su salud, denominándose en este caso el trastorno como hipocondría secundaria.

Parece ser que la buena esperanza de los pacientes por curarse está relacionada con la emisión de ciertas sustancias por parte del cerebro, denominadas endorfinas. En el efecto placebo y en la sugestión y otros métodos psicoterapéuticos, la liberación de estas sustancias por el propio organismo tiene buenos efectos.

La farmacología, que se compone de fármaco y -logía (tratado de los medicamentos y de su empleo), es la ciencia que trata de la naturaleza y propiedades de los fármacos, principalmente de sus acciones sobre los organismos vivos.

La farmacología clínica ha puesto de manifiesto la importancia del tratamiento farmacológico individualizado, porque los individuos responden a los tratamientos de forma diferente, en función de las características del fármaco, la dosis que se administra, las características particulares del paciente y de su enfermedad, y de las interacciones con otros fármacos administrados simultáneamente.

La farmacodinámica estudia las variaciones funcionales provocadas por la acción de los medicamentos sobre el organismo, el metabolismo y su eliminación.

La farmacocinética estudia las variaciones de concentración frente al tiempo, a lo largo de los procesos de absorción, distribución y eliminación de medicamentos

La farmacogenética estudia las variaciones en las respuestas a los fármacos debidas a causas genéticas o hereditarias.

El triunfó del tratamiento de las enfermedades por medios químicos, se debe al biólogo y médico Paul Ehrlich, y ya en el s. XX el descubrimiento de las vitaminas, las hormonas y los antibióticos influyeron en la medicina y la sociedad decisivamente.

En general, los fármacos se pueden eliminar por medio de procesos metabólicos y en numerosas ocasiones, a través de la excreción. Por esta última razón se hace muy importante considerar la utilización de fármacos en pacientes con insuficiencia renal o hepática.

En ocasiones el placebo se utiliza con fines terapéuticos, pero siempre y cuando se cumplan dos condiciones básicas:

  • Si no es posible recurrir a un tratamiento farmacológico eficaz.
  • Si se considera que puede ser útil para el desarrollo de una psicoterapia.

Hay que tener claro que el placebo no cura la enfermedad primaria real, sino que sirve para aliviar síntomas superficiales.

El placebo que se utiliza en medicina suele estar compuestos por azúcar (píldoras) o sueros carentes de actividad (líquidos). Sin embargo, cabe decir que su principal componente es el convencimiento del paciente de que está tomando un medicamento real.

Por otra parte, el placebo o, mejor dicho, el efecto placebo, constituye el argumento fundamental que la medicina tradicional esgrime en contra de las terapias alternativas, que en la mayoría de los casos carecen de estudios clínicos concluyentes que demuestren su eficacia.

En nuestra vida diaria es frecuente que tomemos medicamentos y nos sometamos a diferentes tratamientos para mejorar la salud o superar un problema concreto. Quien no ha oído hablar de las ventajas de algunas técnicas que sin gozar de reconocimiento científico hay gente que dicen que les funciona. Tanto en estos casos como en muchos otros tratamientos más reconocidos, podemos preguntarnos si lo que nos tomamos o hacemos tiene un efecto real en nuestra salud.

Entendemos como efecto placebo aquel efecto positivo y beneficioso producido por un elemento que por sí mismo no tiene un efecto curativo en la problemática que se está tratando por el mero hecho de su aplicación, pero el hecho de que se está recibiendo un tratamiento provoca la creencia de que se va a mejorar, cosa que por sí misma provoca la mejoría.

La consideración de placebo no se circunscribe únicamente a sustancias, sino que también puede aparecer bajo tratamientos psicológicos, cirugías u otras intervenciones.

Su funcionamiento se explica a nivel psicológico por dos mecanismos básicos: el condicionamiento clásico y las expectativas.

El paciente que recibe el placebo tiene la expectativa de recuperarse, en función de la historia de aprendizaje seguida a lo largo de su vida, en la que generalmente se produce una mejoría tras seguir un tratamiento. Estas expectativas condicionan la respuesta al tratamiento, favoreciendo la respuesta de recuperación de la salud. A mayor expectativa de mejora, mayor es el efecto del placebo, con lo que el condicionamiento será cada vez mayor. Eso sí, para que funcione correctamente el primer paso debe ser exitoso.

Otros factores que influyen en este efecto psicológico. El efecto placebo también se ve mediado por la profesionalidad y la sensación de competencia que proyecta quien lo administra, el contexto en el que se lleva a cabo la toma, el tipo de problema al que se hace frente y otras características como el coste, la presentación, los materiales o los rituales necesarios para tomarlo.

Placebos de apariencia más cara y elaborada tienden a ser más efectivos. Por ejemplo, una pastilla de azúcar es más efectiva como placebo si tiene forma de cápsula que si tiene forma de terrón. De algún modo, la apariencia de exclusividad hace que las expectativas sobre su eficacia suben o bajen de manera paralela a esta.

El uso de placebos es común en ensayos clínicos (con el sistema de doble ciego) para evaluar la eficacia de nuevos medicamentos, pues con ellos los investigadores determinan si los efectos observados son atribuibles al tratamiento en sí y continuar con la investigación, o sí son el resultado de factores psicológicos y entonces cerrar la investigación. Los tratamientos que se emplean en la práctica clínica deben ser testados para poder comprobar su efectividad real. Para ello es frecuente el uso de una metodología de casos y controles, en que se establecen dos grupos de individuos. A uno de los grupos se le aplica el tratamiento en cuestión, y al segundo, conocido como grupo control, se le administra placebo. El uso de un placebo en el grupo de control permite observar la eficacia del tratamiento en cuestión, puesto que deja comprobar si las diferencias entre el pretratamiento y el postratamiento percibidas en el grupo que recibe el tratamiento son debidas a éste o a otros factores externos a él.

En ocasiones se aplica el efecto placebo en la práctica clínica. Las razones más frecuentemente son la demanda injustificada de medicamentos por parte del paciente, o bien la necesidad de calmarlos, o el agotamiento de otras opciones terapéuticas. Asimismo, muchas terapias alternativas y homeopáticas se benefician de este efecto, motivo por el cual a pesar de no poseer mecanismos de acción relacionados con efectos de eficacia real en ocasiones resultan de cierta efectividad.

Un placebo es un medicamento, sustancia o cualquier otro tipo de tratamiento semejante a un tratamiento normal, pero que no posee efecto activo, es decir, no genera ninguna alteración en el organismo. Este tipo de medicamento o tratamiento es muy importante durante las pruebas para descubrir un nuevo medicamento, puesto que, en los grupos de prueba, unos realizan el tratamiento con el medicamento nuevo, y otros lo hacen con un placebo. De esta forma, si los resultados son iguales para los dos grupos, es signo de que el nuevo medicamento no ejerce ningún efecto. Sin embargo, el efecto de placebo también posee un papel importante en el tratamiento de ciertas enfermedades porque, aunque no provoque ninguna alteración en el organismo, puede modificar la forma como la persona se siente, ayudando a mejorar los síntomas e incluso hacer con que el tratamiento que ya se estaba llevando a cabo sea exitoso.

El efecto placebo es utilizado con éxito en el tratamiento de problemas como: Depresión. Alteraciones del sueño. Síndrome del intestino irritable. Dolor crónico. Menopausia. El uso de placebos no ayuda a curar enfermedades, sólo es capaz de aliviar ciertos síntomas, especialmente los que están relacionados con la salud mental.


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