jueves, 19 de mayo de 2022

LA FELICIDAD

     


Para comenzar mencionaré las diferencias entre los verbos ser y estar, ya que no es lo mismo estar feliz, que ser feliz.

Ser se utiliza para:

  • Describir la personalidad y el carácter (género, raza…).
  • Relacionarse con la identidad de un objeto o persona.
  • Hablar de una característica fundamental o permanente.
  • Indicar la fecha en que sucederá algún evento.
  • Referirse al aspecto físico y al qué de un objeto o persona.

Estar se utiliza para:

  • Representar el estado de ánimo y las emociones.
  • Expresar características temporales, e indicar una ubicación.
  • Tratar la condición o el aspecto del cómo de un objeto o persona.
  • Describir un estado percibido como diferente a otro estado de la misma cosa, de aquí su carácter más enfático y emocional que el verbo ser, por ser un verbo más subjetivo.

En la química de nuestro cerebro existen unos neurotransmisores vinculados con la sensación de bienestar, plenitud, alegría o euforia. Son las endorfinas (hormonas de la felicidad), segregadas por la glándula pituitaria y el hipotálamo, con un efecto analgésico y de bienestar en el organismo. Las endorfinas se producen ante estímulos determinados y específicos, como los placeres diversos, o incluso el dolor (como atenuante natural).

El ser feliz es una actitud constante, y el fin propio del hombre. El 10 % del nivel de felicidad se debe a cuestiones externas (dinero, salud…), el 40 % está determinado por uno mismo al relacionarla más con lo que se piensa de la vida que con las situaciones vitales objetivas y el 50 % restante se debe a la genética. Podemos distinguir tres niveles de felicidad:

  • La sensible o superficial, es la experiencia de satisfacción y beneplácito a partir de los sentidos.
  • La espiritual se obtiene por el correcto funcionamiento de las potencialidades humanas en un nivel suprasensible, como la inteligencia, la voluntad, el amar, la libertad, la virtud…
  • La profunda, proviene del núcleo de identidad personal. Es una felicidad más refinada que las dos anteriores y sólo se percibe cuando el individuo capta que su propio núcleo conecta con sus valores, intereses o prioridades.

La felicidad es un concepto polisémico, por eso no existe una sola definición de su concepto.

Filosóficamente no se reduce a ser un estado de ánimo, sino que también comprende el bienestar, placer, contemplación, virtud, sabiduría, beatitud y autosuficiencia material. Las tres posturas más popularizadas de las corrientes filosóficas son:

  • Los escépticos están convencidos de que no existe o es imposible alcanzarla, por lo que ni siquiera la buscan.
  • Los limitados afirman que la felicidad no existe, que lo que existen son momentos felices.
  • Los optimistas piensan que la felicidad existe y se puede conquistar de manera definitiva.

Entre los muchos conceptos podemos decir que es:

  • Saber disfrutar de lo que se tiene. Querer ser lo que uno es, ya que es un estado ligado más al ser que al tener.
  • Un estado de satisfacción plena y subjetivo (estado emocional y autopercibido), que cada uno experimenta de manera distinta, y que puede analizarse con procedimientos objetivos.
  • Un camino a recorrer, y no una meta, hacia un momento de alegría y plenitud.
  • Un estado emocional que se genera en una persona cuando ésta alcanza una meta anhelada.
  • Un estado de ánimo positivo, vinculado con aspectos subjetivos del individuo (motivación, bienestar), por lo que para uno es una situación feliz, para otro puede ser todo lo contrario.
  • Una comodidad parcial que actúa en las actitudes y conductas de las personas.
  • Sócrates con la reflexión "Solo sé que no sé nada", educa la humildad al ayudarnos a ser conscientes de que lo que sabemos no alcanza todo lo que podemos descubrir. Su corriente filosófica busca explicar y entender la virtud y el bien. Para él la felicidad viene del interior. Al reducir nuestras necesidades, apreciamos los placeres más simples. “El secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda de más, sino en disfrutar de menos”.
  • Eudemonismo. Ser feliz es autorrealizarse, alcanzar las metas propuestas y lograr un estado de plenitud y armonía del alma. Aristóteles sostiene que los hombres están de acuerdo en llamar felicidad a la unidad de los fines humanos, el bien supremo, y el fin último y universal, y dice que consiste en tres cosas muy apetecibles, el saber, la virtud y el placer, representando cada una de ellas una forma de vida. Sostenía que todos los hombres persiguen la felicidad, que unos son felices ganando dinero, otros recibiendo honores, y otros viajando. “El hombre que hace que todo lo que lleve a la felicidad dependa de él mismo, ha adoptado el mejor plan para vivir feliz”. Platón.
  • Cinismo y estoicismo. Ser feliz es ser autosuficiente, valerse por sí mismo sin depender de nada ni nadie, llevando una vida sencilla, acorde a la naturaleza, y basada en la razón, la virtud y la imperturbabilidad.
  • Hedonismo. Ser feliz es experimentar placer intelectual y físico y evitar los excesos pues acaban provocando angustia.
  • Los epicúreos entienden la felicidad como autosuficiencia en el placer moderado, con ausencia de dolor.
  • Los estoicos piensan en la felicidad como fortaleza en la aceptación de una existencia determinada.
  • Los racionalistas (Leibniz) afirman que la clave es conocer la realidad, para aceptar los sucesos y, por ende, ser más felices. La felicidad es la mera adaptación a la realidad (Spinoza).
  • Los utilitaristas (J. Stuart Mill) defienden un concepto de felicidad como satisfacción de los placeres superiores.
  • Los empiristas muestran que el poder de la experiencia práctica es vital para considerar algo como probable. “La razón es la esclava de las pasiones”. Es decir, en la lucha entre razón y corazón, ganan los sentimientos. (D. Hume).
  • A mediados del siglo XIX aparece la corriente “Nuevo Pensamiento” para la cual la felicidad era una actitud mental, una decisión, que el hombre asume conscientemente. Al descubrir que existen seres felices e infelices, concluyen que cuando el individuo decide aceptar su condición y su pasado, y asumir la vida tal como es en ese momento y construir su vida a partir de aquellos preceptos, es entonces realmente feliz.
  • Matthieu Ricard recibió el título del “hombre más feliz del mundo” por neurocientíficos de la Universidad de Wisconsin. Para él, el altruismo y la aceptación del presente son las claves para alcanzar la felicidad auténtica, pero es necesario ser perseverantes.
  • Mihaly Csikszentmihalyi, cree que la felicidad es el resultado de un estado de flujo. El flujo sería una experiencia en la que nos mantenemos muy motivados en lo que estamos haciendo, hasta tal punto que perdemos la noción del tiempo. Cuando ese estado de flujo representa un reto y conduce al crecimiento personal, también nos reporta satisfacción y felicidad.
  • Ortega y Gasset dice que es la que se produce cuando coinciden, nuestra vida proyectada (lo que queremos y buscamos ser), con nuestra vida efectiva (lo que en realidad somos).
  • Para el Dr. Seligman la felicidad tiene que ver con la satisfacción plena de las necesidades. Las necesidades básicas varían en cada uno de nosotros (Necesidad–Deseo). La capacidad de dar soluciones a los diferentes aspectos del vivir cotidiano, hace del individuo más o menos feliz. Esto se pone de relieve al entender que la frustración es la causa principal de la pérdida de la felicidad.
  • Para la psicología el subconsciente alimenta el estado de ánimo, por eso, debemos estar bien predispuestos, no ser pesimistas, admitir nuestras limitaciones y saber que no todo depende de la buena voluntad que tengamos. Así podremos discernir en qué enfocarnos, por ser una felicidad alcanzable y en qué no, por ser una felicidad inalcanzable.
  • Para R. Waldinger la felicidad se disfruta con los amigos, al compartir actividades en grupo y aceptando los cambios.

Algunas religiones están de acuerdo en que la felicidad es un estado de paz que se logra con la comunicación y la unión con DiosDesde el punto de vista de la ética cristiana, la felicidad se relaciona con el concepto de beatitud, y su punto de partida es aceptar que la felicidad máxima no puede encontrase en la Tierra, aunque San Agustín o San Buenaventura consideraban que no existe incompatibilidad entre la felicidad mundana y la celestial. Para el cristianismo la felicidad se expresa en la vivencia de las bienaventuranzas, las enseñanzas de la Biblia y en el seguimiento y comunión con Cristo.

Los budistas creen que la felicidad sólo se obtiene tras liberar el sufrimiento y vencer los deseos (con entrenamiento mental). Consideran que la felicidad duradera se alcanza al erradicar el anhelo ansioso. “No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino” (Buda Gautama). Muchas veces nos obcecamos en llegar a la meta, en conseguir, en ganar, en tener… y es precisamente todo lo que hacemos para conseguirlo lo que aporta la felicidad, ya que una vez se consigue lo que deseábamos, la satisfacción es muy breve. “Es cierto que los momentos que pasamos esperando la felicidad, son mucho más agradables y felices que los que son coronados por el goce” (Goldsmith).

Frases para la reflexión:

  • La sabiduría es la parte suprema de la felicidad. (Sófocles)
  • Solo puede ser feliz siempre el que sabe ser feliz con todo (Confucio)
  • La felicidad consiste en ser libre, es decir, no desear nada (Epicteto)
  • La verdadera felicidad es disfrutar el presente, sin dependencia ansiosa sobre el futuro (M. Aurelio)
  • La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace (J. Paul Sartre).
  • La felicidad no se logra con grandes golpes de suerte, que pocas veces ocurren, sino con pequeñas cosas que ocurren a diario” (B. Franklin).
  • Si estás deprimido vives en el pasado; si estás ansioso vives en el futuro; y si estás en paz vives el presente (Lao Tzu). Quienes piensan en el mañana o recuerdan con nostalgia el ayer solo generan ansiedad, estrés, y dejan de disfrutar el momento y la verdadera existencia.
  • La felicidad, más que un deseo, alegría o elección, es un deber ultimo y supremo que nos obliga a ser dignos de merecerla (I. Kant). La felicidad en el mundo kantiano no depende del destino ni de los demás, sino de uno mismo, de la persona, es decir, de su propio comportamiento y carácter.
  • Cuando comprobamos que hemos superado aquello que nos oprimía, es cuando somos felices (F. Nietzsche). Según el filósofo nihilista la felicidad es una especie de control que uno tiene sobre su entorno.
  • De todas las formas de precaución, la cautela en el amor es tal vez la más mortal de la verdadera felicidad” (B. Russell). El autor conocido por su influencia en la filosofía analítica, concibe el amor como un instrumento para conseguir la felicidad.

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