jueves, 16 de mayo de 2024

LA MENTIRA

 La mentira es una expresión o manifestación contraria o inexacta de lo que se sabe, se cree o se piensa.

Mentir es faltar a la verdad, engañar, ser deshonesto, decir lo que no se piensa, expresar sentimientos que no se tienen, crear vanas ilusiones, ofrecer impresiones falsas, temer a las consecuencias de la sinceridad, y ser infiel a nosotros mismos y a nuestros allegados.

El prolijo refranero español nos dice: Antes se coge al mentiroso que al cojo. El mentiroso ha de ser memorioso. El que por mentiroso es tenido, aunque diga la verdad no es creído. Mentir y comer pescado requieren mucho cuidado. En boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso. La mentira no tiene pies. La truchas y las mentiras cuanto mayores mejores. Bien me quieren mis vecinas porque les digo mentiras. Más vale una verdad dolorosa que una mentira piadosa…

El problema moral de la mentira es que sus logros se sustentan sobre bases falsas, por ello crean espejismos e ilusiones, y suponen una forma de negación de nosotros mismos, de nuestra verdad y de quiénes somos en realidad. Es un contravalor moral, por eso, mientras la verdad propicia relaciones basadas en la confianza y el respeto, la mentira fomenta la desconfianza, la sospecha, la duda y la incredulidad entre las personas, dificultando las relaciones sociales al traicionar la confianza dada.

El hombre es un animal social, emocional y mentiroso. Decir mentiras forma parte de la condición humana, y es un mecanismo de adaptación importante y funcional. Mentir es un rasgo de inteligencia que conlleva una consecuencia emocional. Desde niños aprendemos a mentir porque descubrimos que tergiversando ciertos hechos de la realidad podemos conseguir ciertos objetivos. En principio esto es un rasgo de adaptación que nos ayuda a afrontar situaciones de miedo o culpa, a construir la identidad y a aprender a relacionarnos con los demás (mentiras piadosas). A veces, la mentira parece la salida más fácil, pero a largo plazo, la honestidad es más beneficiosa. El problema de las mentiras se da cuando su fin no es adaptarnos, sino evitar afrontar un hecho que nos resulta complejo. Cuando las mentiras excesivas se producen, comenzamos a sentir inseguridad y ansiedad.

A los cinco años el niño comienza a desarrollar la personalidad social, a ser cooperativo, aprender y respetar reglas de comportamiento, aunque persisten brotes egocéntricos y agresivos. Puede hacer pequeños recados pues le encanta ayudar al adulto. Posee sentido del humor en referencia a lo absurdo, lo exagerado o las desarmonías corporales (caídas, tropezones, gestos). Dice mentiras, no cree lo que dice, pero lo dice para evitar castigos o satisfacer al adulto. Según R. Wiseman si traes niños a una sala y les dices “Estamos poniendo tu juguete favorito detrás de ti, pero no mires”, y luego repites la advertencia antes de abandonar la sala. Si los ves a través de cámaras, al cabo de unos minutos mirarán el juguete, explica el psicólogo. "Si utilizas para el experimento a niños de tres años (cuando comienzan a perfeccionar su lenguaje), veras que la mitad de ellos responden que no miraron el juguete si les preguntas", y agrega que a los cinco años ya ninguno de ellos dirá la verdad.

Aunque nos cueste reconocerlo todos mentimos alguna vez en diferentes aspectos y por diferentes motivos:

  • Socialmente. Mentimos para integrarnos en un determinado colectivo o para generar una imagen determinada. El fin en sí mismo es positivo (conectar con el otro). El motivo es la inseguridad (no confiamos en nuestras capacidades personales). El problema es que las mentiras nunca se sostienen en el tiempo, y las relaciones personales se deterioran por esta costumbre, basada en el miedo.
  • Familiarmente. Mentimos por miedo a las consecuencias. Cuando tememos que el otro sienta ira, decepción o rechazo, ocultamos cierta información relevante porque tememos las posibles consecuencias. Esto nos lleva a comunicarnos de forma opaca en lugar de asertiva, lo que nos hace sentir aislamiento, ansiedad y agobio.
  • Profesionalmente. Mentimos para ocultar información cuyas consecuencias tememos, para impresionar, o para crear una serie de expectativas que no se pueden cumplir. Mentimos por miedo a no cumplir con las exigencias que nos creamos.
  • Sentimentalmente. La mentira es más frecuente y es donde ocasiona más problemas. Mentimos porque tememos las consecuencias de nuestras acciones, también podemos llegar a desarrollar el hábito de mentir para sentir adrenalina y seguridad personal.

Los diferentes tipos de mentira son:

  • Blanca. Es la afirmación o información falsa que no afecta a nadie ni causa daño a nadie, sólo tiene como función aliviar la conciencia.
  • Compulsiva o patológica. Algunos mienten de forma constante, incluso sin motivo aparente, pudiendo llegar a ser un trastorno.
  • De autoengaño. Nos engañamos a nosotros mismos para sentirnos mejor o justificar nuestras acciones.
  • De autoprotección. Estas mentiras surgen cuando tememos las consecuencias de decir la verdad.
  • De conveniencia. Se dicen para obtener algún beneficio personal, como evitar una multa o conseguir un favor.
  • De distracción. Cambiamos de tema o desviamos la atención para evitar hablar de algo incómodo.
  • De evasión. Se utilizan para evitar una situación incómoda o una pregunta directa.
  • De exageración. Cuando inflamos la realidad para impresionar o llamar la atención.
  • De manipulación. Se utilizan para influir en las decisiones o acciones de los demás.
  • De negación. Negamos algo que es cierto.
  • De omisión. Cuando no decimos toda la verdad y omitimos información relevante para manipular la percepción de los demás.
  • De reestructuración u oficiosa. Se altera la información para que suene más favorable. Se dice para agradar o servir a alguien y beneficia en un sentido muy leve a quien la dice.
  • De venganza o negra. Se dicen con la intención de dañar a alguien (revelar un secreto).
  • Noble. Se utiliza en la política haciendo referencia a la falsedad de los gobernantes, la cual se suele utilizar para preservar la armonía dentro de una sociedad.
  • Piadosa. Es la que se dice a alguien para evitarle un disgusto, una situación incómoda o molesta, o una tristeza innecesaria. Tras esta mentira siempre hay una buena intención. Son mentiras que tienen justificación y, para muchos, son perdonables.
  • Por error. Son las que hacemos sin darnos cuenta. No son deliberadas ni premeditadas, simplemente sucede que la persona que ha dicho algo está convencido de que ha dicho algo verdadero, pese a que no lo es.

La doctrina cristiana asocia la mentira al pecado y explica, que el origen de la mentira se relaciona con el diablo, pues, según Juan “El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio”.

Todos los casos tienen un factor en común, mentimos para adaptarnos y conseguir ciertos objetivos personales sin dañar a otros, pero podemos mentir en exceso debido a una serie de emociones fundamentales (inseguridad hacia nuestras capacidades, culpa y miedo por las consecuencias de las mentiras en sí mismas). Mentir es como una bola de nieve y cada vez nos resulta más difícil salir de ella. El problema es cuando no sabes entender y gestionar lo que sientes, y llegas a la mentira compulsiva condicionando tu conducta y generando un estado de ansiedad, preocupación y agobio.

Mentir, o al menos decir alguna que otra mentirijilla, es un pegamento social que nos une a todos. Lo que definimos como mentir es cuando alguien se propone engañarnos ya sea con palabras o acciones, pero en realidad, las conversaciones normales sólo tienen lugar porque nosotros no decimos exactamente lo que pensamos o queremos decir. Imagina que tu interlocutor te dice lo que realmente piensa sobre ti y tus decisiones. Ser el 100 % sinceros puede causar más mal que bien y éste es un tipo de acuerdo clave en muchas interacciones sociales, y nos mantiene en un mundo de paz y armonía.

Alrededor de un tercio de la población cuenta una mentira cada día, dice el psicólogo R. Wiseman. Aun así, una encuesta reciente muestra que un 5 % de nosotros asegura no haber mentido jamás.

Nos creemos buenos rastreando a los mentirosos, pero cuando pones a dos personas y les muestras un video donde una persona miente y otra dice la verdad, solo el 50 % de ellos sabrá cuál es cuál. Algunos mentimos mejor que otros, y R. Wiseman tiene una prueba para distinguir a ambos grupos. Se le llama "la prueba Q" y se puede completar en cinco segundos.

Extiende el dedo índice de tu mano dominante y dibuja una Q en tu frente.

La pregunta es, ¿pusiste el palito de la Q sobre tu ojo derecho o izquierdo? O ¿dibujaste la Q de manera que la lees tú o la persona de enfrente? La teoría indica que, si pusiste el palito sobre tu ojo izquierdo o para que la persona de enfrente lo lea, siempre piensas en cómo otras personas te ven y, por tanto, deberías ser un buen mentiroso. Pero si la dibujas para ti, ves el mundo desde tu punto de vista y tiendes más a la honestidad.

La razón por la que no somos buenos detectando mentirosos es porque somos seres visuales, y nos apoyamos en este tipo de pistas cuando intentamos descubrir a un mentiroso: ¿se mueven alrededor del asiento?, ¿gesticulan mucho?, ¿cómo son sus expresiones faciales? Pero los buenos mentirosos saben las señales de alarma que el interlocutor busca para descubrirnos. Sin embargo, para los mentirosos es mucho más difícil controlar lo que dicen y cómo lo dicen. Los mentirosos, en general, hablan menos, tardan en responder preguntas y tienden a distanciarse emocionalmente de sí mismos, por eso no utilizan palabras como yo, mi o mío.

En el reino animal, las criaturas se mienten unas a otras usando camuflajes o comportamientos para sobrevivir. A veces, los gallos emplean el cacareo que anuncia la comida para atraer a las gallinas, y una vez se acercan, utilizan el truco para copular en vez de comer. También algunas de las aves que se aparean de por vida se involucran de forma oculta en otras relaciones si consideran que su amante aumenta sus probabilidades de mejorar su descendencia.

El engaño táctico tiene un largo historial de evolución en las especies. Una sociedad avanzada que se desarrolla en armonía es la que sabe engañar de vez en cuando. Algunos estudios muestran que mientras más sofisticado es el animal, más comunes son este tipo de juegos.

miércoles, 1 de mayo de 2024

EL PLACEBO

Placebo es futuro imperfecto de indicativo del verbo latino placere “causar placer”.

Según el DRAE es la sustancia que, careciendo por sí misma de acción terapéutica, produce algún efecto en el enfermo, si este la recibe convencido de que esa sustancia posee realmente tal acción.

Se entiende por efecto placebo a la disposición de naturaleza curativa que posee un determinado tratamiento médico o agente terapéutico sin ningún tipo de efecto farmacológico, es decir son el grupo de efectos que influyen en la salud por medio de un acto médico u otro tratamiento terapéutico. El efecto placebo es la acción curativa o de mejoría resultante de tomar una sustancia que sin tener actividad farmacológica tiene un efecto terapéutico si el paciente que la ingiere cree que es un medicamento efectivo. Es un fenómeno en el que la expectativa positiva del paciente hacia un tratamiento puede llevar a mejoras reales, aunque el tratamiento en sí mismo no tenga propiedades curativas. Esto destaca la conexión entre la mente y el cuerpo, y cómo las expectativas y creencias pueden influir en la salud.

Generalmente hace referencia al hipnotismo en el que recae el cerebro después de que un individuo ha ingerido un elemento con supuesto poder curativo, aunque no sea así, y sin embargo este imita los posibles efectos farmacológicos que tendría. En otras palabras, es un elemento que no tiene un impacto directo en la enfermedad o síntoma tratado, pero puede generar mejoras en la salud debido al efecto psicológico y emocional de la creencia en su eficacia.

A nivel neurofisiológico se ha demostrado que la aplicación del placebo estimula la corteza frontal, el núcleo accumbens, la sustancia gris y la amígdala activando las vías dopaminérgica y, en menor medida, la serotoninérgica. Esta activación provoca una sensación de recompensa y relajación que coincide con la mejoría percibida por los pacientes. Sin embargo, el mecanismo de acción del efecto placebo sigue siendo, en parte un misterio. Lo intrigante de este proceso es que parece tratarse de un fenómeno en el que el pensamiento abstracto llega a influir procesos mentales muy básicos y primitivos, que actúan de manera parecida en animales no humanos.

Muchos lo describen como un fenómeno psicológico ya que los síntomas de un paciente pueden mejorar consecutivamente a través de los tratamientos que contienen sustancias placebo, siempre y cuando el paciente no tenga noción alguna de que esta ingiriendo un placebo en lugar de un fármaco. Según estudios, la posible explicación fisiológica del efecto correspondería a la estimulación de una de las áreas del cerebro, al auto influenciar el paciente en su cerebro y cuerpo por la creencia de su curación, por ello el efecto placebo no posee la misma eficacia para todos los pacientes, pero es muy útil sobre todo cuando se trata de enfermos hipocondríacos, en los que es muy frecuente que no exista una patología real y sí un problema psicológico.

El término hipocondría puede aplicarse tanto a una característica psicológicamente estable de un sujeto, que es la denominada hipocondría primaria, o a una respuesta transitoria que aparece en la persona ante signos corporales de alarma que le llevan a prestar mayor atención de la habitual a su salud, denominándose en este caso el trastorno como hipocondría secundaria.

Parece ser que la buena esperanza de los pacientes por curarse está relacionada con la emisión de ciertas sustancias por parte del cerebro, denominadas endorfinas. En el efecto placebo y en la sugestión y otros métodos psicoterapéuticos, la liberación de estas sustancias por el propio organismo tiene buenos efectos.

La farmacología, que se compone de fármaco y -logía (tratado de los medicamentos y de su empleo), es la ciencia que trata de la naturaleza y propiedades de los fármacos, principalmente de sus acciones sobre los organismos vivos.

La farmacología clínica ha puesto de manifiesto la importancia del tratamiento farmacológico individualizado, porque los individuos responden a los tratamientos de forma diferente, en función de las características del fármaco, la dosis que se administra, las características particulares del paciente y de su enfermedad, y de las interacciones con otros fármacos administrados simultáneamente.

La farmacodinámica estudia las variaciones funcionales provocadas por la acción de los medicamentos sobre el organismo, el metabolismo y su eliminación.

La farmacocinética estudia las variaciones de concentración frente al tiempo, a lo largo de los procesos de absorción, distribución y eliminación de medicamentos

La farmacogenética estudia las variaciones en las respuestas a los fármacos debidas a causas genéticas o hereditarias.

El triunfó del tratamiento de las enfermedades por medios químicos, se debe al biólogo y médico Paul Ehrlich, y ya en el s. XX el descubrimiento de las vitaminas, las hormonas y los antibióticos influyeron en la medicina y la sociedad decisivamente.

En general, los fármacos se pueden eliminar por medio de procesos metabólicos y en numerosas ocasiones, a través de la excreción. Por esta última razón se hace muy importante considerar la utilización de fármacos en pacientes con insuficiencia renal o hepática.

En ocasiones el placebo se utiliza con fines terapéuticos, pero siempre y cuando se cumplan dos condiciones básicas:

  • Si no es posible recurrir a un tratamiento farmacológico eficaz.
  • Si se considera que puede ser útil para el desarrollo de una psicoterapia.

Hay que tener claro que el placebo no cura la enfermedad primaria real, sino que sirve para aliviar síntomas superficiales.

El placebo que se utiliza en medicina suele estar compuestos por azúcar (píldoras) o sueros carentes de actividad (líquidos). Sin embargo, cabe decir que su principal componente es el convencimiento del paciente de que está tomando un medicamento real.

Por otra parte, el placebo o, mejor dicho, el efecto placebo, constituye el argumento fundamental que la medicina tradicional esgrime en contra de las terapias alternativas, que en la mayoría de los casos carecen de estudios clínicos concluyentes que demuestren su eficacia.

En nuestra vida diaria es frecuente que tomemos medicamentos y nos sometamos a diferentes tratamientos para mejorar la salud o superar un problema concreto. Quien no ha oído hablar de las ventajas de algunas técnicas que sin gozar de reconocimiento científico hay gente que dicen que les funciona. Tanto en estos casos como en muchos otros tratamientos más reconocidos, podemos preguntarnos si lo que nos tomamos o hacemos tiene un efecto real en nuestra salud.

Entendemos como efecto placebo aquel efecto positivo y beneficioso producido por un elemento que por sí mismo no tiene un efecto curativo en la problemática que se está tratando por el mero hecho de su aplicación, pero el hecho de que se está recibiendo un tratamiento provoca la creencia de que se va a mejorar, cosa que por sí misma provoca la mejoría.

La consideración de placebo no se circunscribe únicamente a sustancias, sino que también puede aparecer bajo tratamientos psicológicos, cirugías u otras intervenciones.

Su funcionamiento se explica a nivel psicológico por dos mecanismos básicos: el condicionamiento clásico y las expectativas.

El paciente que recibe el placebo tiene la expectativa de recuperarse, en función de la historia de aprendizaje seguida a lo largo de su vida, en la que generalmente se produce una mejoría tras seguir un tratamiento. Estas expectativas condicionan la respuesta al tratamiento, favoreciendo la respuesta de recuperación de la salud. A mayor expectativa de mejora, mayor es el efecto del placebo, con lo que el condicionamiento será cada vez mayor. Eso sí, para que funcione correctamente el primer paso debe ser exitoso.

Otros factores que influyen en este efecto psicológico. El efecto placebo también se ve mediado por la profesionalidad y la sensación de competencia que proyecta quien lo administra, el contexto en el que se lleva a cabo la toma, el tipo de problema al que se hace frente y otras características como el coste, la presentación, los materiales o los rituales necesarios para tomarlo.

Placebos de apariencia más cara y elaborada tienden a ser más efectivos. Por ejemplo, una pastilla de azúcar es más efectiva como placebo si tiene forma de cápsula que si tiene forma de terrón. De algún modo, la apariencia de exclusividad hace que las expectativas sobre su eficacia suben o bajen de manera paralela a esta.

El uso de placebos es común en ensayos clínicos (con el sistema de doble ciego) para evaluar la eficacia de nuevos medicamentos, pues con ellos los investigadores determinan si los efectos observados son atribuibles al tratamiento en sí y continuar con la investigación, o sí son el resultado de factores psicológicos y entonces cerrar la investigación. Los tratamientos que se emplean en la práctica clínica deben ser testados para poder comprobar su efectividad real. Para ello es frecuente el uso de una metodología de casos y controles, en que se establecen dos grupos de individuos. A uno de los grupos se le aplica el tratamiento en cuestión, y al segundo, conocido como grupo control, se le administra placebo. El uso de un placebo en el grupo de control permite observar la eficacia del tratamiento en cuestión, puesto que deja comprobar si las diferencias entre el pretratamiento y el postratamiento percibidas en el grupo que recibe el tratamiento son debidas a éste o a otros factores externos a él.

En ocasiones se aplica el efecto placebo en la práctica clínica. Las razones más frecuentemente son la demanda injustificada de medicamentos por parte del paciente, o bien la necesidad de calmarlos, o el agotamiento de otras opciones terapéuticas. Asimismo, muchas terapias alternativas y homeopáticas se benefician de este efecto, motivo por el cual a pesar de no poseer mecanismos de acción relacionados con efectos de eficacia real en ocasiones resultan de cierta efectividad.

Un placebo es un medicamento, sustancia o cualquier otro tipo de tratamiento semejante a un tratamiento normal, pero que no posee efecto activo, es decir, no genera ninguna alteración en el organismo. Este tipo de medicamento o tratamiento es muy importante durante las pruebas para descubrir un nuevo medicamento, puesto que, en los grupos de prueba, unos realizan el tratamiento con el medicamento nuevo, y otros lo hacen con un placebo. De esta forma, si los resultados son iguales para los dos grupos, es signo de que el nuevo medicamento no ejerce ningún efecto. Sin embargo, el efecto de placebo también posee un papel importante en el tratamiento de ciertas enfermedades porque, aunque no provoque ninguna alteración en el organismo, puede modificar la forma como la persona se siente, ayudando a mejorar los síntomas e incluso hacer con que el tratamiento que ya se estaba llevando a cabo sea exitoso.

El efecto placebo es utilizado con éxito en el tratamiento de problemas como: Depresión. Alteraciones del sueño. Síndrome del intestino irritable. Dolor crónico. Menopausia. El uso de placebos no ayuda a curar enfermedades, sólo es capaz de aliviar ciertos síntomas, especialmente los que están relacionados con la salud mental.

miércoles, 10 de abril de 2024

ANALOGÍA

El término analogía proviene del griego “ana” (reiteración o comparación) y “logia” (razón). 

La analogía por su etimología es la relación de semejanza que existe entre cosas distintas. De aquí que sus sinónimos sean parecidos, semejanza, similitud, sinonimia, aproximación, relación, paralelismo, equivalencia, coherencia, correlación, etc.

La analogía es la alteración que sufren algunas palabras con el fin de acomodarse a un modelo morfológico que les atribuye el hablante, pasando así a hacerse semejante a otra forma más normal o abundante en la lengua. Es una herramienta lingüística que se utiliza para explicar una idea compleja o abstracta mediante la comparación con algo más familiar o concreto, para hacer la idea más clara o fácil de comprender. Por eso, la relación entre los primeros elementos (base) tiende a ser conocida para el receptor, mientras que la relación entre el segundo par de elementos (comparados) suele ser menos evidente. Ej.: El vaso es a la bebida (elemento base) lo que el plato es a la comida (elemento comparado).

Es un tipo de razonamiento o mecanismo del lenguaje que relaciona diversos referentes como objetos o ideas, para señalar características generales y particulares en común, y así justificar la existencia de una propiedad en uno de ellos. Es una forma de comparación de un referente con otro u otros que le resultan semejantes, pero no idénticos, para poder atribuirle algunas características determinadas por el conjunto. Su razonamiento se representa con la fórmula de “A es a B como C es a D”.

Las analogías hacen posible el razonamiento inductivo, ya que, si se determina que dos o más elementos son semejantes, es muy probable que se hallen más semejanzas entre ellos. El procedimiento analógico se utiliza en distintos campos, como psicología, sociología, lingüística, geografía, gramática, retórica, derecho, etc. En el campo de la literatura, hay muchas figuras retóricas (metáfora, alegoría, símil, homología, comparación) que se fundamentan en las relaciones de semejanza que promueven las analogías.

En filosofía, la analogía es la correlación entre los términos de dos o más sistemas u órdenes. Platón presentó la idea de analogía en La República y en El Timeo, al comparar el Bien con el Sol, e indicar que el Bien desempeña en el mundo inteligible el mismo papel que el Sol en el mundo sensible. Aristóteles aplicó la doctrina de la igualdad de razón a los problemas ontológicos con la analogía del ente. Los escolásticos aceptaron la doctrina aristotélica, y explicaron que, por contraposición a unívoco y a equívoco, el término análogo se aplica a los términos comunes en sentido distinto, pero semejantes desde un punto de vista determinado. Tomás de Aquino afirmaba que sólo podemos hablar de los atributos de Dios en sentido analógico, esto es, entre unívoco y equívoco.

En la gramática. La analogía constituye las relaciones de semejanza que presentan los elementos lingüísticos cuyas funciones son iguales o coincidentes entre sí. Por ello la analogía en lingüística se aplica para la creación de nuevos vocablos o para la modificación de otros existentes, basándose en la semejanza que presentan entre sí. Para clasificar las analogías, primero se deben tener en cuenta los argumentos y luego los términos. Estas se dividen en analogías simétricas y asimétricas.

Simétricas. En estas los elementos incluidos en los pares o referentes comparados son intercambiables al ser equivalentes sin que se altere la lógica planteada por el vínculo de semejanza. Esto puede deberse a tres motivos:

  • Por sinonimia: comparten las mismas características y significado equivalente (lo negro es a lo oscuro como lo blanco es a lo claro).
  • Por complementariedad: los términos vinculados se necesitan mutuamente para funcionar, pues han sido concebidos como un par (arco es a flecha como martillo a clavo).
  • Cogenéricas: los elementos que integran el primer par son de una misma clase, y los del segundo par de otra (novela y cuento).

Asimétricas. Sus términos se relacionan, pero no indican semejanza, pues no son equivalentes entre sí, y si se intercambia el orden de presentación, la analogía se rompe dado que su orden de aparición designa una relación específica. O sea, que A es a B, como C a D, y no B es a A, como C a D. Entre las analogías asimétricas podemos citar analogías:

  • Antonímicas: los elementos que conforman cada grupo se vinculan por oposición (Débil es a fuerte, lo que cobarde es a valiente).
  • De intensidad: el grado, énfasis o potencia (disgusto y odio).
  • Inclusivas: relación entre el todo y un componente del conjunto. Un elemento de la pareja es el nombre de la especie y el otro es un caso particular (ave es a paloma como mamífero es a ardilla). Esta categoría se divide por: género-especie; todo-parte; conjunto-elemento; continente-contenido.
  • Por ubicación: se relacionan por el lugar en que se encuentran (El coche es a la autopista como un cohete es al espacio).
  • De secuencialidad: los elementos de cada grupo forman parte de una serie y establecen entre ellos un vínculo de ordenamiento fijo. Son etapas diferentes de un mismo ciclo (uno es a dos como marzo es a abril).
  • Por función: el segundo elemento de cada par expresa la capacidad de acción que tiene el primero. Se asocian por labor o tarea (cocinero y cocinar; horno y cocción).
  • Por reciprocidad: uno condiciona la existencia del otro (A requiere todo de B, como D requiere todo de C).
  • Por producto: uno genera al otro (Músico es a partitura, como alfarero es a botijo).
  • Por medio y/o instrumento: herramienta que se le atribuye a un agente (astrónomo y telescopio).
  • Por característica: indica un atributo del objeto (sol y calor).
  • Por causa y efecto (asociación). Los elementos de la pareja se vinculan porque uno actúa como el motivo que produce la existencia del otro. Establecen una relación consecutiva (A ocasiona B, como C ocasiona D).
  • De la parte por el todo: Un soldado es al ejército, como un peón es al ajedrez.
  • Por característica: El dátil es a dulce como la guindilla es a picante.
  • De clasificación: Las que reúnen en el mismo conjunto de cosas, a los referentes vinculados (A y B están en un conjunto, así como B y C están en otro similar).
  • De propiedades: es la más común, se refiere a la transferencia de alguna cualidad, por el parecido en la mayoría.

Analogía en derecho. Es el método mediante el cual una norma jurídica es extendida a casos que antes no habían sido contemplados en ella. Esto obedece a que se identifica en ellos una relación de semejanza con otros casos o situaciones concretas para las cuales ya había sido aplicada. En unas ramas del derecho la analogía juega un rol importante a la hora de argumentar respecto de la resolución de un dilema, en otras, como el derecho penal, las analogías se encuentran proscritas por el Principio de la legalidad, que dicta que “no existe delito ni pena sin ley previa”.

Analogía en biología. La biología considera analogías las semejanzas existentes entre partes u órganos que, en diferentes organismos, tienen funciones parecidas, así como una misma posición relativa. Es decir, comparten rasgos esenciales, pero no provienen de un origen común inmediato.

Analogías rigurosas y no rigurosas. Las rigurosas se presentan en las demostraciones matemáticas (entre cifras, elementos numéricos y proporciones matemáticas) y lógicas, son las que necesitan de una certeza absoluta de las afirmaciones que se realizan; mientras que las no rigurosas, pueden originarse a partir de los niveles de posibilidad, los cuales se aumentan a medida que se repiten las experiencias y se estimulan las conclusiones.

Argumentación por analogía. El razonamiento analógico, que pasa de lo conocido a lo desconocido a través de una comparación entre referentes con el uso de nexos y símiles, da origen a cuatro formas (principales) basadas en el principio de la analogía:

  • Interpolación. Se basa en la evaluación de todas las situaciones posibles de un escenario supuesto o imaginario y de las repercusiones de cada una, y luego se traslada a la situación analizada (Más vale pájaro en mano que ciento volando).
  • Extrapolación. Este procedimiento es muy empleado en la resolución de problemas al formar parte del método científico. Consiste en partir de la suposición de que los elementos de un escenario continuarán aconteciendo hacia el futuro, permitiendo así suponer un nuevo conjunto de reglas que nos permitirían, de ser ciertas, llegar a una nueva conclusión (que hace A y que hace B).
  • Reducción al absurdo. Sirve para demostrar la validez de proposiciones categóricas. Consiste en suponer la negación hipotética de la validez de la premisa, para luego obtener mediante inferencias lógicas una conclusión ilógica o falaz.
  • Modelización. Muy importante para el método científico, consiste en la elaboración de un modelo hipotético de la realidad, cuyos resultados podrán ser análogos a los de la realidad, o sea, podrán pensarse en términos analógicos a lo real.

domingo, 7 de abril de 2024

LA NIEBLA

El término hidrometeoro se aplica a los fenómenos atmosféricos producidos por el agua en cualquiera de sus estados. El vapor de agua ocupa un 4 % del volumen de la atmósfera cerca de la superficie terrestre y se encuentra ausente por encima de los 11 km de altura (tropopausa). Este vapor de agua pasa a la atmósfera por evapotranspiración, y luego el viento atmosférico lo transporta a capas superiores. Su característica esencial es que muestra una clara disminución con la altura y su gran variabilidad en el tiempo y en el espacio. Así, la concentración de vapor de agua es máxima durante los meses estivales y en las bajas latitudes, aunque existen excepciones como en los desiertos donde la humedad del aire es muy baja. Su papel es esencial puesto que, transfiere energía a la atmósfera en forma de calor latente de vaporación, tiene una gran capacidad de absorción de radiación de onda larga emitida por la superficie terrestre y son el origen de las nubes y de todos los hidrometeoros que podemos clasificar como: lluvia (lluvia de barro, llovizna, chubasco), nieve (nieve rodada o granizo blando, aguanieve), granizo (pedrisco, granos de hielo y de nieve), nube, niebla, neblina y bruma, rocío, cencellada, escarcha y verglás o carámbanos.

La orografía es la rama de la Geografía física que describe los accidentes naturales de la superficie terrestre. Estudia la evolución del relieve, y en su descripción toma como punto de referencia el nivel del mar. Los sistemas orógenos son los principales conjuntos montañosos emergidos del choque entre las diversas placas litosféricas. El relieve, además de configurar el paisaje, es en elemento básico a la hora de determinar los tipos de climas y microclimas, ya que no sólo afecta al régimen térmico produciendo una clara disminución de la temperatura del aire respecto al aumento de la altitud, sino que afecta a la circulación general atmosférica y modifica el régimen pluviométrico de una región. En España nuestros principales sistemas orográficos son los Pirineos, la cordillera Bética, Sierra Morena, la cordillera Cantábrica, el sistema Central y los montes de Toledo, el macizo Galaico-Leonés, cordillera Costero-Catalana, y el Teide.

La humedad atmosférica. Es la cantidad de vapor de agua existente en el aire, y su concentración depende de la temperatura, siendo más elevada en las masas de aire caliente que en las frías. Dicha cantidad de vapor de agua por unidad de volumen de aire varía mucho ya que el agua se puede encontrar en tres estados posibles. Su función principal es regular la temperatura terrestre. Además, los organismos vivos necesitan que el aire que respiran contenga una cantidad de humedad, y si disminuye por debajo del 30 %, se producen efectos perniciosos en las vías respiratorias, mucosas y piel. Se mide con el higrómetro, y se expresa mediante los conceptos de humedad absoluta, específica, o relativa del aire:

  • Absoluta: es la masa total (densidad) de agua existente en el aire por unidad de volumen y se expresa en gr/m3 de aire. La humedad atmosférica terrestre tiene un valor medio de 12 gr/m3, aunque puede variar entre los 0 y los 40 gr/m3.
  • Específica: es la masa de agua en estado gaseoso en un km de aire húmedo, y se expresa en gr/km de aire.
  • Relativa: representa la relación porcentual entre la cantidad de vapor de agua real existente en la atmosfera y la máxima que podría contener a igual temperatura.

La humedad absoluta y la específica aumentan en función de la temperatura, mientras que la relativa es inversamente proporcional a dicha temperatura al menos en las capas bajas de la atmósfera, donde su valor mínimo corresponde a las horas de mayor calor, y el máximo a las madrugadas.

La humedad que constituyen las nieblas tiene dos orígenes posibles, por difusión y pérdida de humedad del suelo y masas de agua superficiales, o por la condensación directa de la humedad atmosférica de las capas de aire situadas por encima. Caso en el que se hace necesario la existencia de pequeñas turbulencias con vientos no superiores a los 3 m/s, que permiten la mezcla entre ambas capas de aire, sin llegar a disipar las pequeñas gotas de agua al condensarse.

Nube. Es una masa de gotitas de agua o partículas de hielo diminutas que están en suspensión en la atmosfera. El diámetro de las gotitas de una nube está entre los 0,006 y 0,127 mm, pues las precipitaciones se producen a partir de este límite. La localización de las nubes varía desde muy próxima a la superficie terrestre (niebla), hasta más de 10 Km de altitud. Para que se forme una nube es necesario que el aire sobrepase un grado de saturación, pero no suele llegarse a estas concentraciones teóricas, pues la presencia de pequeñas y numerosas partículas sólidas en suspensión, reducen enormemente la concentración de partículas de agua necesaria para su acreción. Estas partículas se comportan como núcleos de condensación o reacción exotérmica, de modo que cuando se produce la condensación del vapor de agua se libera el calor empleado en su evaporación (unas 600 calorías por cada g de agua). Una vez alcanzada la saturación el aire ya no tiene capacidad para almacenar más vapor de agua, por lo que, si bien disminuye la temperatura y/o aumenta la presión atmosférica, la capacidad de la masa de aire de contener ese vapor desciende, originándose un excedente que pasa de la fase gaseosa a la líquida por condensación, o a la sólida por sublimación. (NUBES).

Tipos de niebla. La niebla es un fenómeno atmosférico producido por la suspensión en el aire, de gotas de agua de tamaño microscópico, pudiendo alcanzar grandes concentraciones, hasta constituir una masa y disminuir la visibilidad. Hay una variedad de situaciones en las que se puede crear niebla, pero todas se reducen a dos mecanismos principales, bien porque el aire se enfría bastante cerca de la superficie, si hay humedad suficiente disponible, hasta alcanzar el punto de rocío y pasar de la fase de gas a líquido, o bien porque se da la evaporación desde la superficie terrestre. Variables como el viento (dificulta su formación pues desplaza el vapor de agua y dificulta su capacidad para congelarse), la temperatura (entre 0 y 5º C aumenta su formación), la humedad relativa (superior al 95 % aumenta su formación), la presión, la topografía (sus principales efectos son los flujos bloqueados, y los flujos de ladera ascendentes y descendentes de los valles y montañas), y la nubosidad afectan a su formación.

Los frentes cálidos a veces lloviznan y es común identificar ambos fenómenos, sin distinguir entre llovizna y niebla (niebla llorona, meona o chorrera, nieblas húmedas y sujetas a ligeras precipitaciones). Las nieblas se pueden clasificar de dos formas:

  • Por visibilidad: Según los metros o Km que haya de visibilidad se clasificará como niebla densa, niebla, neblina o bruma.
  • Por la forma de saturarse el aire: Niebla de radiación, de valle, advección, inversión, elevación y de evaporación.

Las nieblas invernales tienen distintos comportamientos según donde se formen. Hay dos casos extremos y complementarios que son los sitios donde se dan muchos días de niebla que se deshacen cada mediodía y los que son más difíciles de formarse pero que cuando lo hacen pasan días sin ver el sol. En cuencas pequeñas el aire frío ocupa el espacio muy rápido ayudado por el aire que desciende por las vertientes por gravedad. De igual forma, en los valles pequeños, cuando sale el sol calienta el suelo y la niebla se deshace más rápido. Esto hace que las cuencas pequeñas tengan muchas más mañanas de niebla que los valles y cuencas grandes (en la cuenca del Duero, para llegar al punto de rocío se requieren muchos días de estabilidad para que el aire se estratifique. Estas nieblas quedan tan aisladas que para romperse debe llegar un frente tan potente como para que mezcle el aire y rompa la inversión).

Niebla. Se forma cuando el aire se enfría y alcanza su punto de rocío (temperatura a la que el vapor de agua se condensa en gotas líquidas). Esto ocurre cuando el aire húmedo entra en contacto con superficies frías, como el suelo o el agua. Durante la noche y en las primeras horas de la mañana, cuando la temperatura desciende, es común que se produzca niebla, sobre todo en zonas cercanas al agua. Durante los meses fríos, y en determinadas mañanas de verano, no es raro que aparezca niebla. Cuando se acumulan en zonas deprimidas de la orografía se llaman bancos de niebla. Con ella la visibilidad es inferior a un km (se considera espesa con una visibilidad inferior a 200 m, y densa si reduce la visión a unos metros). Es más común en las noches despejadas, cuando se da un enfriamiento radiactivo lo que provoca que la capa de aire en contacto con la superficie se enfríe. Puede alcanzar una gran intensidad, pero de poca persistencia, ya que su duración se encuentra muy condicionada por el viento y el ascenso de la temperatura, que aumenta paulatinamente desde la alborada.

El enfriamiento adiabático sucede cuando el aire húmedo asciende y se enfría adiabáticamente debido a la disminución de la presión atmosférica a medida que sube. Si este ascenso conlleva que el aire alcance su punto de rocío, se producirá la condensación y formación de niebla, siendo común en áreas montañosas.

La niebla se suele producir en zonas geográficamente deprimidas (valles y cuencas), y se considera un fenómeno local, ya que su formación y extensión dependen de las características de la masa de aire que queda cerca de la superficie en un área no demasiado extensa, abarcando desde unos cientos de metros hasta km de extensión. En general en los sistemas anticiclónicos el aire está casi estancado, lo que permite que las masas de aire adquieran la temperatura y humedad de la superficie donde reposa.

La niebla se puede formar por varias causas, que proceden de la condensación por mezcla de masas de aire o por condensación por evaporación. En el primer caso se forman cuando la masa de aire más húmeda es a la vez la más cálida. Se mezclan entonces las masas de aire y se forman unas nieblas de rápido desarrollo con gran densidad y espesor. Las nieblas de condensación por evaporación se producen cuando una masa de aire frío se encuentra sobre agua más caliente. La evaporación del aire de esta masa es muy activa y prosigue incluso después de estar el aire saturado. Se produce un exceso de vapor que provoca la condensación. Son las típicas nieblas de las estaciones frías sobre los ríos y lagos. Su espesor es pequeño, pero persistente.

Niebla de mezcla. Se produce cuando dos masas de aire con diferentes temperaturas y humedad se mezclan. Si la mezcla resultante alcanza su punto de rocío se forma la niebla. Es común en regiones montañosas.

Neblina. Se forma de manera similar a la niebla, pero es menos densa, con gotas más pequeñas y una visibilidad de uno a dos km. Se conoce bajo la denominación de neblina de otoño a aquélla que se produce cuando una masa de aire de características frías se desliza por encima de una superficie líquida de temperaturas más cálidas. Este hecho conlleva la condensación de la humedad existente y es un fenómeno característico de los lagos, durante las primeras horas de los días otoñales.

La neblina frontal se forma cuando la lluvia proviene del aire cálido y cae sobre el aire frío y estable. Si el viento es ligero, la evaporación de las gotas de lluvia puede saturar el aire cerca del suelo y crear niebla.

Bruma. Cuando la niebla comienza a condensarse y volverse más ligera se forma con partículas de agua casi imperceptibles y una visibilidad de dos a cuatro km. A menudo se forma por evaporación de agua (sobre todo del mar). Se produce cuando la humedad del aire comienza a condensarse, lo que favorece la aparición de pequeñísimas gotas, cuyo aspecto vaporoso produce una leve disminución de la visibilidad mediante un típico enturbiamiento de la atmósfera. La bruma de la costa contiene partículas minúsculas de sal, pero en zonas del interior contiene partículas secas de polvo o contaminación imperceptibles al ojo humano.

La calima. Se produce en áreas muy secas o zonas relativamente cercanas a los desiertos, ya que se produce, sobre todo, por arena o polvo en suspensión trasladado por el viento. En España es relativamente habitual (si hay viento del Este proveniente del Desierto del Sáhara) ver el cielo enturbiado tiñendo el ambiente de un color ocre o anaranjado que reduce la visibilidad.

Cencellada. Depósito de hielo constituido por diminutos cristales, que le confiere una típica coloración blanquecina al situarse sobre la superficie de objetos que se encuentran por debajo de 0º C. Estos cristales de hielo se acrecen usualmente a sotavento del obstáculo, al congelarse las diminutas gotas de agua que constituyen las masas de niebla. Origina llamativas formas y pueden desarrollar espesores considerables en ramas de árboles, tendidos eléctricos, etc. El fenómeno de la cencellada se agrupa junto con otros hidrometeoros como el rocío y la escarcha, así como dentro de las precipitaciones ocultas, ya que no ejercen una importancia decisiva en el total de las precipitaciones de una región. La niebla que genera los depósitos de hielo conocidos como cencellada es la niebla engelante (gotas que se congelan al contacto).

Niebla de radiación o irradiación (llamada así porque el suelo enfría el aire por la emisión de radiación infrarroja). Son las típicas nieblas estáticas que se forman en los valles y mesetas del interior peninsular, sobre todo, en los meses invernales. El enfriamiento nocturno junto al suelo, sin viento, da como resultado estos extensos bancos de niebla, y que bajo situaciones propicias son persistentes. El aire cercano a la superficie se enfría hasta el punto de rocío, creando pequeñas gotas de niebla que se extienden desde el suelo hacia arriba. El enfriamiento del suelo origina en un principio rocío, o escarcha (según se alcancen o no temperaturas por debajo de 0º C); y luego la aparición de estratos y bancos de niebla según se transmite paulatinamente el frío a capas de aire superiores. La niebla por radiación suele disiparse poco después del amanecer a medida que el suelo se calienta (la niebla se levanta), menos en:

Zonas de gran altitud donde el Sol tiene poca influencia en el calentamiento de la superficie.

Zonas donde hay una fuerte inversión térmica que impide que el aire frío y saturado se eleve y se mantenga condensado más tiempo. Se llaman nieblas de valle, al estar confinadas por la topografía y durar varios días en condiciones de calma invernal. La inversión térmica es el fenómeno en donde el aire frío queda confinado en las partes más bajas de la geografía de una zona, mientras que en las capas inmediatamente superiores existe un aire cálido. Esta situación provoca que aire no se renueve y forme niebla.  Si la inversión térmica afecta a una capa potente de aire, la radiación solar no eleva bastante la temperatura para evaporar toda la niebla, que acaba por reforzarse y perdurar varios días. Favorecen a la aparición de estas nieblas los suelos húmedos o los valles en los que queda estancado el aire. Se producen en periodos anticiclónicos con cielos despejados y condiciones de calma. Esto reduce la capacidad del aire para retener la humedad, permitiendo que se produzca la condensación y por tanto la niebla. Ligado a la inversión térmica, ya sea en el litoral o la montaña. Es muy usual el fenómeno conocido como mar de nubes, que se constituye como una formación brumosa muy cargada de humedad.

Niebla de advección. Se produce cuando grandes cantidades de aire cálido y húmedo se desplazan sobre un océano (niebla costera) o suelo frío con el que contacta. Es más común durante el día y puede ocurrir en cualquier estación por evaporación (proceso clave en la formación de nieblas frontales). El viento suave mezcla las zonas frescas con las cálidas conforme va avanzando la masa de aire, favoreciendo su crecimiento, ya que el enfriamiento va aumentando. De hecho, este mecanismo de producción de nieblas normalmente es más eficaz que la irradiación nocturna y da lugar a nieblas más extensas, espesas y duraderas. Las bajas temperaturas de la superficie conducen a temperaturas más bajas en las masas de aire húmedo. Esto aumenta su humedad relativa y hace que el vapor de agua en el aire se condense. En función del contraste entre el aire y el suelo son:

  • En verano se forman nieblas de mar cuando el aire cálido del continente sopla sobre la superficie más fresca del mar. En invierno se forman nieblas de tierra, cuando el aire templado y húmedo del mar invade las llanuras y mesetas más frías.
  • En invierno cuando el aire tropical que precede a las depresiones viaja hacia latitudes más altas (polos) se va enfriando de forma brusca y al entrar en los continentes se enfría todavía más y la visibilidad se reduce debido a la niebla. Son típicas en el Estrecho de Gibraltar porque las aguas del Mediterráneo están más calientes que las cercanas al Golfo de Cádiz que se abren al Atlántico.

Niebla de evaporación. Se forma cuando el aire frío y estable pasa sobre una superficie más cálida, por ello se suelen ver en las mañanas frescas sobre lagos o ríos. El agua más cálida se evapora y se eleva hacia el aire más frío, condensándose en pequeñas gotas de niebla. A menudo provoca niebla helada o escarcha. Esto suele ocurrir en otoño, cuando las temperaturas del mar siguen siendo relativamente cálidas, pero el aire ya empieza a enfriarse.

Niebla industrial. Se puede considerar como un tipo de nieblas de radiación que se acumula en zonas deprimidas del relieve terrestre (valles, hondonadas, depresiones, etc.) cercanas a grandes núcleos urbanos o industriales. La contaminación atmosférica originada por la actividad humana aparece, en la mayoría de las ocasiones, como consecuencia de los vertidos de enormes cantidades de partículas higroscópicas, que favorecen la creación de nieblas muy densas y persistentes. Este tipo de nieblas se caracteriza por su elevada densidad, en comparación con su baja humedad.

Niebla orográfica. Al ascender el aire húmedo por la ladera de una montaña se va enfriando, hasta alcanzar el punto de rocío, permitiendo que la humedad que contiene se condense y forme niebla en la ladera del viento (barlovento, al oeste), y por lo general cubre la cima. Si en lugar de ascender desciende el aire frío de una montaña la humedad se condensa en el valle y da lugar a la formación de nieblas mucho más amplias. Parecida a esta es la niebla de montaña, llamada así porque la base de la nube está más baja que la cima de la montaña. También se denomina así la nubosidad baja que cubre terrenos elevados.

miércoles, 27 de marzo de 2024

FUNCIONES DEL LENGUAJE HUMANO

 

Al utilizar el lenguaje, lo hacemos con una intención específica, ya sea para informar de algo, convencer a alguien, o expresar sentimientos, pues todas las oraciones que construimos se emiten con diferentes intenciones o funciones del lenguaje. La función principal del lenguaje es comunicar, pero la comunicación humana, opera de manera distinta según el tipo de mensaje que queramos trasmitir o el tipo de comunicación que pretendamos con uno o varios interlocutores.

Con esta idea, siguiendo a Bühler y Jacobson, y teniendo en cuenta que todas ellas pueden concurrir mezcladas y con predominio de una u otra según el tipo de comunicación, podemos establecer las siguientes funciones básicas del lenguaje.

Emotiva, expresiva o sintomáticaDefine la relación entre el emisor y el mensaje. Se emplea con el propósito de transmitir al receptor los estados de ánimo  por parte del emisor, quien ejerce un papel preponderante en el ejercicio de la comunicación, toda vez que se vuelve referencia del enunciado. Esta función contiene elementos representativos o referenciales dentro de ella, pero prima sobre ellos la expresión de la emotividad.

Intención: Expresa sentimientos, emociones, prejuicios, sensaciones, preferencias, deseos, opiniones y actitudes del emisor al receptor. Así, el sujeto expresa su mundo interior.

Recurso usado: Se verbaliza con el uso de la primera persona del singular. Acude con frecuencia al uso de verbos en modo subjuntivo, a las interjecciones y a las oraciones exclamativas e interrogativas.

Ejemplo: ¡Qué susto me di! ¿No te lo he dicho yo siempre? Estoy muy decepcionado.

Representativa, referencial, denotativa, informativa o simbólica. Define la relación entre el mensaje y la idea u objeto al que se refiere. Es aquella donde el emisor elabora mensajes relacionados con su entorno o con objetos externos al acto comunicativo. Es el tipo de función característica de los contextos informativos, o de los discursos científicos o divulgativos que transmiten conocimientos. Se emplea para mencionar los factores externos del propio acto comunicativo y del emisor, lo que permite exponer la realidad de manera concreta y objetiva, y verificar la veracidad del mensaje y su relación con el referente y el contexto. Es de las más importantes y empleadas en el acto comunicativo, ya que nos permite transmitir información y características de lo que nos rodea (objetos, animales, personas, acciones, acontecimientos…).

Intención: Informa del mensaje. El hablante transmite al oyente conocimientos objetivos sin reflejar su reacción subjetiva.

Recurso usado: Léxico claro, apropiado y sencillo, sin adornos, ni emotividad. Entonación enunciativa y neutra. Uso de deícticos (palabras y expresiones que señalan las personas, espacios o situaciones a los que se hace referencia), denotativo (significado principal de las palabras), sustantivos (dan a conocer la información de manera más objetiva), y verbos en indicativo (hace referencia a la acción real y objetiva).

Ejemplo: El oro es buen conductor de la electricidad. Otra vez llueve. La cena está lista y servida. Mañana es viernes.

Conativa o apelativaDefine la relación entre el mensaje y el receptor. Se centra en el receptor. Se da cuando el emisor emite un mensaje, con el propósito de llamar la atención, y esperar una respuesta, acción o reacción de parte de su receptor. Puede tratarse de una pregunta o una orden. Se llama apelativa porque el emisor apela al receptor esperando la capacidad de reacción o respuesta frente a una determinada situación o cuestión. Por este motivo es muy usada en la publicidad y la propaganda.

Intención: Manda, pregunta, aconseja o llama la atención del receptor para que actúe de forma concreta.

Recurso usado: Pronombres y formas verbales en 2.ª persona. Imperativos. Utiliza el vocativo. Las interrogaciones, exclamaciones, exhortaciones, órdenes, instrucciones, amenazas, peticiones, etc.

Ejemplo: ¡Siéntate! ¿Cómo te llamas? Dime. José, ¿puedes ayudarme a cargar esta maleta? ¡Deténgase o disparo! ¿Cuándo llegaste?

Poética o estéticaDefine la relación del mensaje con él mismo. Aparece siempre que la expresión utilizada atrae la atención sobre su forma. Se utiliza con fines estéticos, es decir, con especial atención al cuidado de la forma en sí y utilizando figuras retóricas. Es el tipo de función característico de los textos literarios, el cuento, un poema, una novela, fabula, refrán, trabalenguas, adivinanzas y juegos de palabras, al promover el goce del lenguaje. Se da cuando el discurso tiene un propósito estético, de modo que las formas de enunciación adquieren un alto grado de importancia, al darle mayor significación y contundencia.

Intención: Expresa un mensaje de forma bella en el lenguaje oral, y literario donde el referente es el mensaje que pasa de instrumento a objeto.

Recurso usado: Propios de la lengua literaria como el vocabulario selecto, lenguaje cuidado y uso de recursos que evoquen belleza. Se presta la mayor atención a las formas discursivas, y se aplican con especial énfasis y cuidado diferentes figuras retóricas o literarias. Entre otras, podemos mencionar la metáfora, el símil, la hipérbole, la metonimia, el hipérbaton, la elipsis, la descripción y la ironía.

Ejemplo: Las nubes, cual copos de algodón, esponjosos, flotan en el azul del cielo. El que parte y bien reparte se queda con la mejor parte. Obras son amores, que no buenas razones. Oro parece / plata no es / el que no lo sepa / tonto es. “Volverán las oscuras golondrinas / en tu balcón sus nidos a colgar, / y, otra vez, con el ala a sus cristales, / jugando llamarán”. (G. A. Bécquer)

MetalingüísticaSe centra en el código (gramática, diccionarios, lingüística). Es la que usamos para referirnos a la propia lengua. Se activa cuando usamos el lenguaje para hablar del propio lenguaje. Esto puede ocurrir cuando nos explican gramática o el significado de una palabra. Se refiere al uso del lenguaje para explicarse a sí mismo, es decir, para explicar el código de la lengua. Esta función se usa tanto a nivel oral como escrito, cuando se pretende explicar el código de la lengua, su forma y su funcionamiento, como en la gramática. Son todos los discursos que explican las normas, reglas y condiciones para el uso correcto de la lengua hablada o escrita. Expresa la preocupación y la reflexión sobre los elementos propios del lenguaje, que aclaran dudas en el uso de la lengua, comprender los significados de las palabras y funciones y encontrar formas para expresar correctamente los mensajes.

Intención: Explica y aclara aspectos del código. Se da si la lengua se toma a sí misma como referente. Si utilizamos el código para hablar del código.

Recurso usado: Frases sencillas y claras, términos precisos y concisos, sin ambigüedad.

Ejemplo: Perro es una palabra primitiva y perrito es derivada. Antes de p y b siempre se escribe m.

Fática o de contactoOrientada al canal de comunicación, su contenido informativo es nulo o muy escaso. Enunciados muy redundantes. Está enfocada en validar el canal comunicativo entre dos interlocutores. Sirve para iniciar, establecer, mantener, finalizar o interrumpir el contacto entre dos o más interlocutores, permitiendo su comunicación de forma efectiva.

Intención: Su fin es consolidar, detener o iniciar la comunicación, y asegurar que el canal funciona.

Recurso usado: Expresiones sencillas, preguntas cortas para comprobar si el receptor escucha y comprende. Forman parte las expresiones de saludo o despedida, y todas las destinadas a comprobar que la comunicación no es defectuosa. Se trata de frases, palabras o incluso interjecciones. La mayoría tienen escaso contenido y un valor puramente formal. Además, son muy susceptibles a las convenciones sociales y al contexto cultural en el que se expresan, variando de una región a otra según los usos o costumbres de la zona.

Ejemplo: - Oiga… ¿me oye? - Diga, diga… le escucho. Hola. Buenos días. Hasta pronto. Encantado. Bienvenido. ¿Qué tal?

LA MENTIRA

  La mentira es una expresión o manifestación contraria o inexacta de lo que se sabe, se cree o se piensa. Mentir es faltar a la verdad, e...