jueves, 18 de enero de 2024

¿QUÉ ES EL AMOR?


Un comentario de texto es un tipo de análisis de cualquier escrito, que sirve para entender lo que el autor desea expresar, al permitir la comprensión absoluta de cualquier documento. La clave para su realización consiste en tener una estructura clara, concisa, coherente y organizada, que permita al lector seguir las ideas de manera fluida y comprensible, utilizando conectores y frases bien estructurados, y evitando la repetición de ideas y palabras.

Los textos pueden ser de cualquier temática, y por tanto la estrategia para su análisis varía, ya que no es lo mismo hacer un comentario de una novela, que de un ensayo médico. Ten presente que es mejor un comentario corto y directo, presentado de forma pulcra, que uno largo y farragoso.

 Existen dos tipos de comentario de texto:

  • Abierto, consta de un texto a analizar, sin pautas o si las hay son ambiguas, del tipo: comenta o resume el texto.
  • Cerrado, en el que hay que responder a preguntas relacionadas con el texto, dejando un menor margen de libertad.

Pasos para hacer un comentario de texto:

  • Haz una lectura rápida para tener una visión general… Método.
  • Investiga al autor, al periodo en el que se publicó, obras, tipo de texto.
  • Analiza el título y ponle en relación con el texto, con sus características lingüísticas, literarias, su estructura.
  • Haz una interpretación personal de la historia, resalta los temas e ilustra los entornos principales, distinguiendo si son fantásticos o reales y si su descripción apunta a resaltar un estado de ánimo, un valor, una impresión o si es sobre todo objetivo.
  • Identifica el género de la obra, si es dramática, un ensayo, un artículo científico. Si el texto es un poema, debes realizar un análisis métrico, su rima, recursos literarios y figuras retóricas. Haz preguntas de forma impersonal o en plural.
  • Si el comentario es de una poesía divide las estrofas y resume brevemente cada una. Interpreta la intención del autor al identificar metáforas. Desvela qué tipo de rima tiene y qué tipo de poema es (cuarteto, quinteto, etc.…).
  • Define la función (que puede ser objetiva, narrativa, reflexiva, lírica, expositiva, dialógica, argumentativa…).
  • Indica la ubicación en el tiempo histórico y cultural, la duración de los hechos narrados y su sucesión (orden cronológico, fondo…).
  • Habla de los personajes, del protagonista, qué valores expresan, con qué características se presentan, qué relación hay entre ellos, etc. Capta los puntos nodales, es decir, las partes más significativas para comprender la psicología de los personajes y la sucesión de los hechos.
  • Considera el tipo de lenguaje y estilo utilizado, y aclara la intención comunicativa del autor, que puede ser objetiva, narrativa, reflexiva, lírica, expositiva, dialógica, argumentativa…
  • Concluye con algún comentario objetivo y fundamentado con citas del texto, para evitar caer en opiniones subjetivas o juicios de valor sin argumentación.

¿QUÉ ES EL AMOR?

Es hielo abrasador, es fuego helado,

es herida que duele y no se siente,

es un soñado bien, un mal presente,

es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,

un cobarde, con nombre de valiente,

un andar solitario entre la gente,

un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,

que dura hasta el postrero paroxismo;

enfermedad que crece si es curada.

Este es el Niño Amor, este es su abismo:

¡Mirad cuál amistad tendrá con nada

el que en todo es contrario de sí mismo!

Comentario y contextualización.

El texto es un soneto de Quevedo, cuya vida se desenvolvió en el ambiente palaciego. Sus padres sirvieron a Ana de Austria, y él intervino en la política con desigual fortuna, apoyando al duque de Osuna y oponiéndose al conde-duque de Olivares, lo que le llevó a presidio, de donde salió enfermo y desengañado.

Francisco de Quevedo Villegas (Madrid, 1580 - Villanueva de los Infantes, 1645) es el mejor ejemplo de la literatura conceptista barroca (movimiento literario que expresa en pocas palabras mucho contenido, y que B. Gracián definió como “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”).

Su producción poética es extensa y de gran calidad, en casi todos los subgéneros de la época: poesía satírico-burlesca, amorosa, moral, inmoral, religiosa y fúnebre.

Sus obras en prosa son muy abundantes, y por su contenido, las podemos clasificar en varios grupos:

Entre las obras satírico-morales, sobresale Sueños y discursos, donde critica, con estilo mordaz y satírico, los oficios, personajes y la sociedad de la época. Escribió dos sátiras lucianescas de tono tragicómico (Discurso de todos los diablos, y La hora de todos). Sátiras burlescas de los géneros burocráticos-administrativos (Premática y aranceles, hechas por el fiel de las putas, Consejos para guardar la mosca y gastar la prosa, Premática del tiempo, Capitulaciones matrimoniales y Capitulaciones de la vida de la Corte).

Su novela picaresca Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos, impresa en Zaragoza en 1626.

En Cartas del caballero de la Tenaza, narra las argucias y pretextos de un hidalgo tacaño que evita que su enamorada le saque dinero.

En Gracias y desgracias del ojo del culo, describe con humor negro, corrosivo y escatológico, las vicisitudes alegres y tristes relacionadas con el ano y sus aledaños.

En el teatro destacan Cómo ha de ser el privado, y un conjunto de entremeses, como La polilla de Madrid, El marido fantasma, El marión, El caballero de la Tenaza, El niño y Peralvillo de Madrid, La ropavejera y Los refranes del viejo celoso.

Entre las obras no literarias de naturaleza política, destaca España defendida. En Política de Dios, gobierno de Cristo, defiende un gobierno con principios cristianos. Defiende al Apóstol y su patronazgo de España en Memorial por el patronato de Santiago. Entre sus obras ascéticas, citar la Vida de Santo Tomás de Villanueva, Providencia de Dios, Vida de San Pablo, Salmos, y La constancia y paciencia del santo Job. Su defensa tan agresiva de la política económica del valido Conde-Duque de Olivares en El chitón de las tarabillas es tan mordaz que se retiró al poco de publicarse. Su antijudaísmo lo vertió en Execración contra los judíos, donde desliza críticas al Conde-Duque, lo que luego pagaría con su encarcelamiento en León. Critica la revuelta catalana de 1640 en La rebelión de Barcelona ni es por el güevo ni es por el fuero. La Vida de Marco Bruto, recrea la vida del hijo y homicida de Julio César.

Entre las obras filosóficas sobresale La cuna y la sepultura para el conocimiento propio y desengaño de las cosas ajenas.

Escribió varios volúmenes de crítica literaria, dirigidos a vituperar el estilo culterano y a Góngora, por quien sentía gran antipatía, con obras como La aguja de navegar cultos con la receta para hacer Soledades en un día. La culta latiniparla es un libro burlesco y satírico, con consejos para dominar el estilo gongorino.

Estructura.

Por su disposición se ve que es un poema, que comienza con una pregunta directa e inquisitiva ¿Qué es el amor? y en el que se distinguen dos secciones de contenido:

  • Los doce primeros versos, en el yo lírico ofrece quince definiciones del amor, y todas con una paradoja, o forma otra, o una antítesis con la definición siguiente, y desemboca en la misma conclusión (el amor es un estado generado por un sentimiento difícil de gestionar que provoca dolor y felicidad al mismo tiempo). Nos trae la desdicha, pero lo buscamos; creemos que lo manejamos, pero es ingobernable, imprevisible, porque el amor, en sí mismo es en todo contrario. Utiliza un lenguaje agudo y una ironía sutil para cuestionar la idealización del amor como algo puro y elevado. Con “humo ciego” sugiere fugacidad y falta de claridad, y con “enfermo que lo espera” refleja la idea de que el amor puede ser percibido como un sufrimiento o ansiedad.
  • La última estrofa forma la reflexión-conclusión y advierte de lo paradójico que es el amor que no es amigo ni de sí mismo. La alusión a Cupido revela la visión satírica hacia la divinidad romántica y sugiere que el amor es caprichoso e infantil.

Análisis métrico y rima.

En la métrica, adoptó formas renacentistas y barrocas, como el soneto, el terceto encadenado, romance, silva, letrilla… El soneto es una composición culta renacentista, que se introdujo en la poesía por el marqués de Santillana y que luego incorporo Garcilaso de la vega.

El soneto está formado por dos cuartetos y dos tercetos. Su rima estrófica es (ABBA, ABBA, CDC, DCD). Los versos son endecasílabos. La rima del segundo verso del primer terceto se recoge en el segundo terceto, por lo que los tercetos están encadenados.

La rima es consonante (-ado, -ente, -ada, -ismo) ya que, en la última palabra del verso, a partir de la vocal sobre la que recae el acento prosódico, coinciden los sonidos vocálicos y consonánticos. Es frecuente en los poemas cultos, frente a los populares en los que es más común la asonante. Todos los versos tienen un acento rítmico en la penúltima sílaba. Coinciden las pausas versales con las sintácticas, menos en el terceto final, pues entre el segundo y el tercer verso hay un ligero encabalgamiento.

Recursos morfosintácticos.

Estilísticos: En el primer verso de la primera estrofa, se presenta una doble paradoja, con dos metáforas del amor (hielo y fuego); en el segundo verso se identifica el amor con una herida; en el tercero, con un bien y un mal; y en el cuarto, con un breve descanso. A cada uno de estos conceptos le corresponde un adjetivo de significación contraria. El sujeto no aparece en ninguna oración, sólo el verbo y su atributo correspondiente (elipsis sistemática que adensa la significación). También la anáfora de es, en los cuatro primeros versos, con sus paralelismos dan sensación de acumulación de significado.

La segunda estrofa se abre con la metáfora (cobarde, andar y amar) de descuido aplicada al amor. En los tres versos siguientes se suprime el verbo y comienza cada verso con su atributo encabezado por el indefinido, un. Aparecen vocablos de la familia léxica de amor, el infinitivo en voz activa, amar, y en pasiva, ser amado.

La tercera estrofa recupera la estructura de verbo copulativo más atributo. La metáfora libertad encarcelada. El último verso presenta el amor como una enfermedad; se ha suprimido el verbo y se hace más intensa la paradoja, que crece si es curada.

El último terceto presenta el sujeto y el término real de las oraciones y metáforas, respectivamente (amor, abismo). Dentro de la estructura se presentan dos metáforas; el amor es como un niño caprichoso (Cupido), y es también una sima en la que, si se cae, no se sale. Los dos últimos versos forman un epifonema. El amor es, simplemente, incomprensible, pues ni él se entiende. Su esencial antinomia hace que no sea posible entenderlo, ni evitar racionalizarlo para escapar a sus redes, en caso de caer en ellas.

Las quince metáforas, coronadas por el epifonema, remiten a una realidad amorosa y peligrosa, por lo que se recomienda su alejamiento. Las repeticiones (anáforas y paralelismos) y supresiones (elipsis) adensan el significado.

Predominan los sustantivos (algunos abstractos), que plasman los conceptos con los que se identifica al amor. Casi todos aparecen complementados por un adjetivo calificativo, un participio o una proposición subordinada de relativo con la misma función que el adjetivo. Elementos que aportan al sustantivo cualidades o aspectos semánticos negativos.

El verbo que aparece casi con exclusividad es el copulativo ser, que sirve, sobre todo en los dos cuartetos, de puente para establecer la relación de identidad entre el sujeto (amor) y aquello con que se lo identifica metafóricamente (hielo, fuego, herida...). El verbo ser implica esencia o permanencia, por lo que el amor es cada una de las cosas o conceptos con las que se identifica. Y como se presenta como objetivo, utiliza la tercera persona verbal.

La sintaxis es concisa y breve. Los sintagmas verbales están yuxtapuestos, por lo que apenas se utilizan enlaces o nexos, excepto en las subordinadas adjetivas, introducidas por el relativo que (que duele, que nos da cuidado, que dura hasta el…).

Utiliza con profusión el recurso deíctico de la anáfora. El primer verso de las tres primeras estrofas comienza por la forma verbal es, que se repite al inicio de los versos segundo, tercero y cuarto del primer cuarteto. Igualmente existe anáfora en el comienzo de los mismos versos del segundo cuarteto, aunque el elemento coincidente es el artículo indefinido o indeterminado un. Con la anáfora se recuerda la conexión entre el amor, que se mantiene elíptico en las tres primeras estrofas, con los elementos con los que se lo relaciona y establece la identidad, con un significado aditivo, aunque no lo exprese directamente.

Recursos léxico-semánticos: Predomina el léxico de la línea amorosa platónico-petrarquista y del amor cortés. El amor se identifica con imágenes metafóricas tópicas y antagónicas. Lo original en este poema no son los tópicos que utiliza, sino su número, que va disminuyendo conforme van sucediéndose las estrofas. Así, en la primera incluye seis tópicos (el amor es hielo, fuego, herida, bien, mal, descanso); en la segunda tres (cobarde, andar y amar); en la tercera dos (libertad y enfermedad). En la última el amor se convierte en abismo.

El léxico es de fácil compresión, aunque algunas palabras pueden presentar dificultad por ser de estilo cuidado y culto: descuido (flaqueza); cuidado (preocupación); postrero (último); parasismo (exaltación extrema de los afectos y pasiones); y curada (remediada).

Recursos literarios: La metáfora o identificación de dos elementos que aparentemente no tienen conexión entre sí, y que la adquieren en el poema. La antítesis de algunos sustantivos se complementa con adjetivos que, fuera del contexto poético, son incompatibles semánticamente, pero que en el poema aportan mayor fuerza poética y expresiva, causando extrañeza y un mayor impacto en el lector (hielo abrasador, fuego helado, descanso muy cansado, libertad encarcelada). Estas imágenes son hiperbólicas, al igual que se ponen antónimos, que contrastan entre sí (bien-mal, cobarde-valiente).

La derivación o utilización de palabras que comparten el mismo lexema o raíz, pero cuyo significado es diferente o antitético (descanso-cansado, descuido-cuidado, amar-amado).

Con el Niño Amor se refiere a Cupido o a Eros, el dios del amor, representado por un niño con los ojos vendados.

Finalidad. Previene a los enamorados para que no sigan al amor, porque acabarán siendo desgraciados al caer en sus redes (abismo).

La función del lenguaje es poética, porque el autor persigue la belleza formal del poema, con todos los recursos utilizados. Apelativa, porque con la prevención pretende obtener una respuesta del lector, la de que evite caer en las redes del amor.

Se dirige a un hipotético lector o a cualquiera que esté expuesto a los efectos y estragos que causa el amor.

Interpretación y valoración. El poema es un extraordinario ejercicio del ingenio conceptista. La bella construcción del soneto, tanto conceptual, como sintácticamente por su efecto lector, y la acumulación de metáforas con sus correspondientes paradojas da una idea abrumadora de que no hay modo de gobernar ese sentimiento que es el amor.

El cierre con el intenso epifonema viene a aconsejar andar con cautela por esos terrenos y, mejor, evitar su frecuentación.


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