miércoles, 25 de octubre de 2023

LA CURRUCA CAPIROTADA

Clasificación:

Orden: Paseriforme.

Familia: Sylviidae.

Género: Sylvia.

Especie: Sylvia atricapilla.

Longevidad: pueden vivir hasta 7 años, aunque son muy vulnerables a los cambios bruscos de temperatura.

Peso: 20 gr aproximadamente.

Envergadura: alrededor de 22 cm.

Longitud: unos 14 cm.

Estatus: catalogada de “Interés Especial” (RD 439/1990), y “No amenazada” en el Libro Rojo de los Vertebrados de España (1992).

El Orden Paseriforme abarca más de la mitad de las especies de aves del mundo. Dentro está la familia Passeri, que son un grupo de aves que se caracterizan por tener un gran desarrollo de los órganos cantores, por lo que se les conoce también como pájaros o aves cantoras. El nombre proviene del latín “Passer”, que significa gorrión, debido a la forma que tienen estas aves.

Tiene una constitución robusta, en comparación con sus congéneres, aunque es algo más pequeña que un gorrión. El pico (en ambos sexos) es negruzco con la mandíbula inferior gris pizarra. A diferencia de la mayoría de las currucas (excepto la mosquitera. Sylvia borin), no presenta las rectrices (plumas de la cola), ni la garganta blanquecina.

Las semejanzas entre la hembra y el macho son sus características físicas de longitud, peso y envergadura. Además, tienen el cráneo algo aplastado, poseen los tarsos y los pies de color verde gris azulado, y el iris de unos 3 mm de diámetro y de color castaño o marrón claro. Tienen cuatro dedos, tres dirigidos hacia delante y el hallux (dedo gordo) hacia atrás, disposición denominada anisodactilia (longitud desigual de los dedos). El dedo trasero se une a la pata al mismo nivel que los dedos frontales, lo que les permite agarrarse a las ramas de los árboles y a superficies verticales.

Es un ave sedentaria con hábitos diferenciadores de otras currucas, ya que sale más tiempo al descubierto. Su hábitat natural es la campiña arbolada, y otras formaciones de planifolios, y bosquetes con buena cobertura vegetal de matorral, zarzas, arbustos con bayas, y huertos, aunque también lo hace en parques y jardines urbanos, particularmente en invierno, donde se refugia de los rigores invernales. Evitan zonas muy secas por ello son frecuentes en la vegetación de riberas, con masas forestales frescas y húmedas, y en menor medida en los sotos, robledales, encinares, coníferas, quejigares, fresnedas, olivares y bosques mixtos con buen desarrollo del sotobosque y con presencia de claros forestales. Altitudinalmente habita desde el nivel del mar hasta los 1850 m del S. Bético.

Es principalmente insectívora, aunque también come fruta, semillas y bayas de otoño e invierno. Durante la primavera se centra en la captura coleópteros y dípteros. A partir del nacimiento de sus polluelos recogen infinidad de pequeñas orugas y larvas, aunque también son cebados con cerezas, higos y otros frutos y semillas, de sauco, espino, aligustre, hiedra, rosa silvestre, zarzamora, madreselva, tejo, y acebo. Durante el invierno ingieren gran cantidad de manzana.

Son aves con dimorfismo sexual, pues su cuerpo posee colores diferentes en su abundante plumaje, que nos hacen distinguir a la hembra del macho. Tienen la garganta y cara de color gris sucio, y el plumaje ventral de color gris claro u oliváceo.

Su mejor seña de identidad es el color negro brillante del píleo (parte superior de la cabeza que cubre el cráneo) y la frente en los machos (durante el primer invierno lo tienen negro-castaño), y de color marrón o pardo-rojizo o castaño jengibre las hembras, en ambos casos en forma de boina o capirote, de donde toma su nombre común.

La hembra se diferencia del macho, además de por la coloración del píleo, por tener su plumaje en general más pardo que el macho, pues tiene las alas y en las regiones ventrales tintes más pardo-rojizos. Las partes posteriores del cuerpo de color pardo oliváceo, a los lados de la cara tiene dos motas de color grisáceo que la diferencian del macho, y en general el color del plumaje de la hembra es más claro que el del macho.

El macho presenta el obispillo (parte superior a la cola) gris claro. El vientre blanco. Su cola y las alas son de un gris negruzco.

Presentan un vuelo ágil, y corto, de comportamiento activo y atareado, ya que siempre van de copa en copa, de mata en mata, y vibrante de rama en rama. Cuando vuelan de uno a otro matorral, lo hacen como a sacudidas, y en mayores distancias su vuelo es ondulado. En el verano las hembras adultas van en pequeños grupos acompañada por 3 o 4 jóvenes, y en el invierno las parejas se mantienen unidas. Cuando van en bandas y están posados, al ser espantados cada uno vuela en dirección diferente. No acostumbra a bajar al suelo, y cuando lo hace camina a saltos y con el cuerpo agachado. Siempre se posa en ramas débiles y tiernas de arbustos y zarzales y a una altura del suelo que no suele bajar de 80 cm. ni subir más de 1,80 m.

Los pájaros cantores son territoriales y emplean el canto como reclamo sexual.  Es un pájaro que canta constantemente durante todo el año, tanto machos como hembras. Su trino es similar al de la curruca mosquitera (Sylvia borin), pero el de la Sylvia atricapilla es más breve. Presentan un canto agradable, melodioso y variado que comienza con un gorjeo rico, fuerte, algo desordenado, mezclando partes rápidas con pausadas, y a menudo estridente, iniciando posteriormente una corta serie de silbidos. Cuando la curruca está alarmada lanza un seco y duro teck teck, que es repetido insistentemente de dos en dos, tomando un ritmo más rápido cuanto mayor sea la excitación. Cuando se aproximan al nido con cebo emiten unos sonidos breves, ¡¡suirr, suirr!! en tono muy bajo. El reclamo es un chec-chec-chec. Los machos pueden lanzar un áspero ¡¡cherr!!

La curruca capirotada comienza a mostrarse sociable en otoño y durante el invierno, cuando el macho se hace mucho más cantarín. Tanto durante la época del apareamiento como durante la incubación, los machos son muy territoriales y defienden un reducido territorio. Antes de encontrar a la hembra para el apareamiento, los machos forman grupos en torno a un matorral, entre la maleza, o en las ramas más bajas de un árbol, y comienzan a perseguirse entre la vegetación, lanzando sonidos guturales frenéticamente y sin cesar. Para lograr dominar un determinado territorio, el macho infla exageradamente el plumaje de su cuerpo, y baja las alas de forma exagerada, a la vez que abre y cierra la cola. En el momento del cortejo y el apareamiento el macho atiende a la hembra con un baile de alabanza moviendo el cuerpo de un lado a otro y pasando las alas del mismo cerca de la hembra. Aunque depende de las zonas, normalmente la primera nidada comienza a mediados de abril.

El nido es una construcción muy pobre, ligero y escaso en materiales, una especie de cuenco a baja altura en árboles y arbustos.  Normalmente es el macho quien elige el lugar de emplazamiento colocando allí dos o tres hierbas secas, pronto se une la hembra y consiguen terminarlo en unos 3 o 5 días. Los materiales de construcción son hierbas secas, plumas, musgo, y raicillas, estando forrado interiormente con pelos y hierba más fina. Se localizan escondidos en arbustos u otra maleza, sujetos en ramas débiles y a una altura del suelo que no suele bajar de 80 cm ni subir por encima de 1,80 m.

Los huevos, de unos 19 x14 mm. son de color pardo grisáceo claro con muchas manchas y puntos marrones, pardos o grises. Tiene dos puestas anuales, criando entre los meses de mayo y julio. Ponen en general 4 huevos, y sobre los 14 días de incubación nacen los pollos que carecen de plumón y tienen el interior de la boca de color rosado algo brillante. El desarrollo es muy rápido, y son cuidados y cebados, por ambos padres hasta que alcanzan la madurez y salen del nido, sobre los 10 días, siendo aún colicortos que se sujetan muy bien con sus fuertes patas.

Distribución. Es un ave básicamente europea, de presencia permanente en toda la península ibérica, donde se caracteriza por ser uno de los pájaros más abundantes a todos los niveles. Se distribuye por la Península, Baleares y Canarias. En España es un ave nidificante y abundante pues se calcula que pueden nidificar hasta 1.000.000 de parejas. La mayoría de las poblaciones, son residentes, en paso invernante, y algunas parcialmente migratorias que vienen del centro de Europa. A principios de primavera y finales de verano se observa un importante paso migratorio y en invierno se reciben poblaciones más septentrionales.

    

De las nueve subespecies de currucas existentes en el mundo, cuatro las podemos ver en España:

  • Sylvia atricapilla atricapilla. (Corvit) En la mitad norte de España, a excepción de los espacios desforestados de la submeseta norte, Valle del Ebro y páramos ibéricos.
  • Sylvia atricapilla heineken. Se distribuye por la mitad sur peninsular e Islas Canarias.
  • Sylvia atricapilla obscurus. Es endémica de las islas Canarias.
  • Sylvia atricapilla pauluccii. Se distribuye por las islas Canarias, Baleares (menos frecuente en Ibiza y Formentera), y en Sierra Morena y en el Sistema Bético.

Curruca mosquitera Sylvia borin es muy parecida a la capirotada, pero sin capirote. Es escasa. Se ve de mayo a septiembre.

Curruca cabecinegra Sylvia melanocephala. Es más grácil y nerviosa y el color en la cabeza le rodea el ojo.


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