De la información ilimitada que entra en los sentidos, únicamente se procesa una pequeña cantidad, ya que gran parte de ella no le es necesaria al sujeto en el momento que la recibe, pero al activar la atención, se seleccionan algunos de los múltiples estímulos a los que estamos expuestos, aunque no hay atención sin motivación o predisposición a tomar parte activa en algo. La atención es:
- La capacidad de concentrar plena y en exclusiva la actividad mental y psíquica sobre un tema u objeto concreto.
- El proceso cognitivo que incrementa la eficacia del sujeto, ante contenidos como, la percepción, la intelección y el recuerdo.
- El aspecto selectivo de la percepción que se define, fisiológicamente hablando, en términos de alerta y activación.
La buena atención es la capacidad de adaptación, o sea, pasar
nuestra atención de unos objetos a otros con fluidez.
Puede ser: espontánea, voluntaria y efectiva.
-
En la espontánea
no hay esfuerzo del sujeto y es el estímulo quien provoca el acto atencional
ante cualquier novedad que nos atrae per se, como un color, una voz o un
timbrazo.
-
La voluntaria
precisa del esfuerzo consciente del sujeto, y de su participación activa y
selectiva. Se dirige a un fin concreto, al elegir un estímulo en detrimento de
otros, y dejar fuera del campo de acción, los otros estímulos presentes que
actúan de distractores.
-
La efectiva se
caracteriza, por el tesón y la constancia, necesarios para lograr la
profundidad y fijeza que requiere todo acto atencional. Esta atención tiene un
carácter:
o
Limitado, ya que
el campo atencional es muy reducido, pues es imposible la ejecución consciente
de dos o más tareas, aunque es posible la atención compartida (conducir un
coche proceso automático, y hablar proceso consciente).
o Selectivo, al centrar la percepción en un estímulo, este pasa al primer plano, ignorando y quedando el resto fuera del campo atencional, al funcionar como un filtro que deja pasar determinada información para procesarse, y permite que del resto sólo se procesen sus propiedades sensoriales. Su consecuencia lógica es la claridad y la captación.
Se condiciona, por el estímulo o material, y por las características del sujeto.
a. En el estímulo o material capaz de ser atendido en un determinado momento, son determinantes:
o
La intensidad del
estímulo en sí, o con relación a su entorno. A más intensidad, mayor atención.
o
Novedad o rareza,
al fijarnos más en los estímulos incoherentes o novedosos, que en los
habituales.
o
El tamaño y
contorno de la figura en contraste con el resto de estímulos, hace aumentar la
atención.
o El movimiento pues, en un contexto en movimiento, puede hacer centrar la atención un objeto inmóvil.
b. En cuanto a las características del sujeto, tendremos en cuenta, el grado de motivación, necesidad, expectativa y experiencia personal, para prestar mayor o menor atención.
Al prestar atención a un estímulo son más importantes las características personales del sujeto, que las del material presentado, y así, el determinar una meta, fija la atención hacia una tarea inmediata (Ribot).
El estímulo es un elemento del medio externo, que activa y
desencadena una respuesta. Por el grado de satisfacción o insatisfacción que
produce, puede ser:
- Positivo, si satisface al organismo o reduce la insatisfacción y provoca la repetición de la conducta.
- Negativo, si produce insatisfacción y provoca una respuesta de evitación por parte del organismo.
La psicología del aprendizaje estudia el efecto de los estímulos, sobre la conducta, desde dos perspectivas fundamentales:
1. En el condicionamiento clásico, se distinguen el estímulo, incondicionado y el condicionado:
o
El
incondicionado, suscita una respuesta no aprendida, pues estos estímulos son
innatos y tienen efectos predecibles sobre la conducta, al provocar siempre una
respuesta refleja sin control del organismo.
o
El condicionado,
originalmente neutro, antecede a la presentación del incondicionado y por
asociación con éste, adquiere el poder de provocar una respuesta similar a la
que producía el incondicionado.
2. En el condicionamiento operante se habla de estímulo, reforzante y discriminativo:
o
El reforzante o
estímulo incondicionado, se usa como reforzador y se presenta después de que el
organismo ha realizado la conducta deseada.
o El discriminativo indica cuándo está presente, o no, el reforzamiento.
Para aumentar la capacidad de trabajo, concentración y constancia, ejercita la atención con ejercicios como:
- Sigue con la vista el camino de un laberinto.
- Localiza errores o diferencias en gráficos parecidos.
- Tacha una, dos o tres letras de un texto desconocido.
- Observa una serie de dibujos donde todos sean distintos, excepto dos, y localízalos.
- Trata de pintar, en la mente, un número de teléfono con las características del sujeto.
- En una página llena de números, contar las veces que se repite, por ej., el ocho después del cinco.
- Realiza sopas de letras, sudokus, pasatiempos con naipes y actividades con ajedrez, dominó, damas…
- Observa una postal durante uno o dos minutos y haz una descripción, por escrito, lo más detallada posible.
- Con los ojos cerrados, trata de ver fotográficamente, la fachada de un edificio, procurando no omitir los detalles.
- Tacha en un texto una letra dada. Haz el ejercicio en cuatro tiempos (un minuto cada uno), para ver el rendimiento.
La falta de atención, acarrea distracción o desplazamiento frecuente y sin control de la atención, e impide la concentración. El distraído:
- Se esfuerza poco, de manera intermitente y con una intensidad muy débil.
- Es indisciplinado, descuidado, negligente, siempre deja las tareas para más tarde.
- Es inconstante, apenas aguanta unos minutos concentrado en la tarea objeto de estudio.
- Es desordenado, en sus libros, habitación, armario, lo que repercute es su desorden mental.
- Es poco reflexivo, pues no logra sostener la atención sobre un tema hasta que profundiza en él.
Sólo retienes el 20 % de lo que oyes, mientras que asimilas y retienes el 70 % de lo que dices y el 90 % de lo que haces, por lo que la práctica es incompatible con la distracción.
Causas de la distracción: subjetivas y objetivas.
a. Las subjetivas son internas al sujeto y pueden ser orgánicas y psíquicas:
o
Las orgánicas son
lesiones en determinadas áreas del encéfalo.
o Entre las psíquicas el nivel intelectual de cada uno, es el más concluyente, pero además está:
- El tener una voluntad muy débil.
- Falta de vivencia, actividad mental y léxica.
- El estado emocional, y el cansancio intelectual.
- Una alimentación deficiente, o una deficiencia vitamínica.
- Lagunas importantes en contenidos básicos, para aprender los nuevos.
- Problemas familiares, individuales o sociales que preocupen al estudiante.
- Falta de práctica y/o desconocimiento de las técnicas del trabajo intelectual.
b. Las objetivas son externas al
estudiante, y las más frecuentes son:
o
La excesiva
permisividad de los padres, que han hecho del estudiante un irresponsable en el
trabajo.
o
El presentar los
temas de forma monótona y farragosa, y no de manera atractiva y divertida.
o
La falta de
estimulación e interés, ante tareas demasiado fáciles o difíciles.
o
La
sobresaturación de tareas que conducen al abandono y la distracción.
o
Entorno poco
propicio, por la iluminación, ruido, temperatura o mobiliario.
o
Exigir contenidos
más elevados que su preparación y dominio.
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